Tal y como apuntamos en la entrada anterior el novelista Gutiérrez Solis afirmó que Dardalla era sevillano y el Diccionario del Teatro de Manuel Gómez confirma que nació en Sevilla en 1821. El apellido al parecer es de origen genovés, algunas familias Dardalla pasaron a España hacia 1600, se ecuentran primero en Alicante y después en Murcia.
Como decíamos, después de su estancia en el Teatro del Balón entre 1844 y 1847 se hace cargo del Teatro del Instituto en Madrid formando el taco con las obras gitanescas. Después pasaría al Teatro de la Cruz (1851). Llegó a escribir algunas obras como el juguete cómico andaluz La posada de Currillo, junto a Juan de Alva y editado en Madrid en 1846. Su debut y consagración definitiva lo obtiene con la obra La Flor de la Canela del gaditano José Sanz Pérez. Ese mismo año otro gadita, Sánchez del Arco, escribió para Dardalla la famosa pieza andaluza Los Toros del Puerto. Los tipos de gitano que representaba, adobando los sainetes con múltiples cantes y bailes, convirtieron su compañía en una de las más aplaudidas.
Permaneció en Madrid hasta 1848, año en el que regresa a Cádiz y de camino realiza un gira Andaluza (Écija, Córdoba, Sevilla, El Puerto, Sanlúcar). De vuelta en Madrid Dardalla no para de cosechar triunfos. 1849 lo pasa en Madrid aunque en Verano se traslada a Barcelona, donde encontramos un anuncio que informa de que se le espera en La Habana. Desconocemos si llegó a cruzar el charco, probablemente Ortiz Nuevo nos saque de dudas.
También destacó cantando, lo encontramos varias veces interpretando partes musicales, como es el caso de las Caleseras de la obra Ánimas del purgatorio según informa el Diario Oficial de Avisos del 16 de julio de 1849.
A partir de 1851 comparte la escena madrileña con la Valenciana viajando a la capital del Turia durante seis años y pasando allí largas temporadas. Cada vez que se ausenta de Madrid la prensa se queja, como informa El Enano del 1 de junto de 1852, cuando Dardalla cambia Madrid por Burgos. El 1853 se asegura en El Áncora de Barcelona (28/8/1853) que 'el señor Dardalla y su cuadro andaluz salen dentro de algunos días para París' (cuadro andaluz por no decir flamenco). No hemos podido confirmar este viaje y Steingress no lo cita en su imprescindible libro Y Carmen se fue a París.
Los enemigos del género (¡¡no podían faltar!!) se escandalizan por que a Dardalla se le va a permitir instalarse en el madrileño Teatro del Príncipe (hoy Español). El periódico El Enano del 15 de julio de 1851 nos describe el repertorio de nuestro apreciado actor en el artículo titulado Latigazos; las obras que montaba Dardalla son las más celebradas de las llamadas andaluzas o gitanescas. El periodista se mofa de los títulos aportando algunos de su cosecha. Ya comenzaba a picar mucho el éxito de los andaluces en la capital. La moda Dardalla al parecer cesó una década después de haber comenzado, perdemos el rastro en Madrid hacia 1858, sí lo hallamos en Barcelona donde su compañía formó parte del Liceo, cobrando 5000 duros más la entrada por cuatro meses de temporada. No lo volvemos a localizar en Madrid hasta la temporada 1865/66, junto a Julián Romea. Lo más probable es que Dardalla pasara a los cafés que por aquellos años comenzaban a surgir en la capital. Sin embargo sí lo encontramos en los sesenta en diversas ciudades españolas.
Continuará...
miércoles, 28 de septiembre de 2011
sábado, 24 de septiembre de 2011
Dardalla, rey del género gitanesco (I)
Después del semblante a Francisco Pardo, nos ocupamos ahora de José María Dardalla y Gutiérrez*, primer actor del género gitanesco, el más popular de los cómicos andaluces (según Enrique Rodríguez Solís era sevillano), a su arte debe la historia del teatro en español un lugar de privilegio por las innumerables veces en que demostró su talento. El público le adoraba, los autores hacían cola para escribir obras a su medida. En su repertorio, amplísimo, destacan papeles tales como el tío Pinini, el tío Macaco, el tío Conejo, el tío Carando, el tío Lebrel o el tío Tripas. Debido al gran número de noticias y comentarios que hemos encontrado en el seguimiento realizado en las hemerotecas digitales, hemos optado por dibujar el semblante de Dardalla en varias entregas.
La primera noticia que tenemos de Dardalla se remonta al año 1841, en una nota del 'gracioso de la compañía del Puerto de Santa María que apareció en el diario barcelonés El Guardia Nacional del 13 de octubre de dicho año.
Volvemos a saber de nuestro actor cuando aparece en la compañía del madrileño teatro del Príncipe para la temporada de 1843/44. A partir de entonces su carrera es paralela a la de Pardo y Guerrero.
En 1845 lo encontramos en Cádiz donde permanece al menos hasta 1847, cuando debuta con su propia compañía en Madrid. La gacetilla de teatros del diario madrileño El Clamor Público del 4 de septiembre de 1845 sitúa a Dardalla como decimos en la Tacita. El tono que emplea actor en el anunció (similar al utilizado en El Puerto) de una función que se dio en el Teatro del Balón (el más flamenco de los teatros de España) nos parece un buen preludio a esta serie de entradas dedicadas a Dardalla, amén de mostrarnos los problemas que tuvo con la 'competencia' durante su estancia gaditana:
'Don José María Dardalla, general en jefe de la gente alegre, miembro de la junta directiva del teatro del Balón, ministro de España en la Rueda de la Fortuna, y de Inglaterra en la Calumnia, etc, etc. Muchos y muy grandes son los males que aquejan hoy a la empresa que represento. Las ferias de Puerto Real y de Chiclana, los baños, la ópera italiana y las corridas de toros, haciendo tributarios suyos a mis contribuyentes, han talado mi tesorería, deduciendo mis fondos al deplorable estado que lamento. Otra plaga, oriunda de una potencia vecina, nos amenaza. Hablo de las corridas de caballos en Sanlúcar de Barrameda. ¡Qué diría Europa toda si no pusiese yo coto a tamaños atentados!
Tiempo es ya de mirar al menos por mi caja de ahorros, que está a pique de perder tan precioso nombre; y si es una verdad que en circunstancias críticas deben adoptarse medidas extraordinarias, nada es por cierto más crítico que no tener dinero; nada más justo que apelar para conseguirlo a recursos no comunes. Dorada así la píldora, ordeno y mando' (leer los artículos).
La próxima entrada se ocupará de los años en Madrid al frente del Teatro del Instituto y de la Cruz, donde obtuvo sus éxitos más sonoros, con especial atención a las opiniones de los periodistas de entonces sobre el singular actor. Seguramente algo de Dardalla quedó impregnado en el tipo flamenco, una forma de vida puro teatro, tantas veces denostada por los contrarios al género gitanesco, como el comentarista de los años de Dardalla en el madrileño Teatro de la Cruz con que cerramos esta entrada. Saludos
La primera noticia que tenemos de Dardalla se remonta al año 1841, en una nota del 'gracioso de la compañía del Puerto de Santa María que apareció en el diario barcelonés El Guardia Nacional del 13 de octubre de dicho año.
Volvemos a saber de nuestro actor cuando aparece en la compañía del madrileño teatro del Príncipe para la temporada de 1843/44. A partir de entonces su carrera es paralela a la de Pardo y Guerrero.
En 1845 lo encontramos en Cádiz donde permanece al menos hasta 1847, cuando debuta con su propia compañía en Madrid. La gacetilla de teatros del diario madrileño El Clamor Público del 4 de septiembre de 1845 sitúa a Dardalla como decimos en la Tacita. El tono que emplea actor en el anunció (similar al utilizado en El Puerto) de una función que se dio en el Teatro del Balón (el más flamenco de los teatros de España) nos parece un buen preludio a esta serie de entradas dedicadas a Dardalla, amén de mostrarnos los problemas que tuvo con la 'competencia' durante su estancia gaditana:
'Don José María Dardalla, general en jefe de la gente alegre, miembro de la junta directiva del teatro del Balón, ministro de España en la Rueda de la Fortuna, y de Inglaterra en la Calumnia, etc, etc. Muchos y muy grandes son los males que aquejan hoy a la empresa que represento. Las ferias de Puerto Real y de Chiclana, los baños, la ópera italiana y las corridas de toros, haciendo tributarios suyos a mis contribuyentes, han talado mi tesorería, deduciendo mis fondos al deplorable estado que lamento. Otra plaga, oriunda de una potencia vecina, nos amenaza. Hablo de las corridas de caballos en Sanlúcar de Barrameda. ¡Qué diría Europa toda si no pusiese yo coto a tamaños atentados!
Tiempo es ya de mirar al menos por mi caja de ahorros, que está a pique de perder tan precioso nombre; y si es una verdad que en circunstancias críticas deben adoptarse medidas extraordinarias, nada es por cierto más crítico que no tener dinero; nada más justo que apelar para conseguirlo a recursos no comunes. Dorada así la píldora, ordeno y mando' (leer los artículos).
La próxima entrada se ocupará de los años en Madrid al frente del Teatro del Instituto y de la Cruz, donde obtuvo sus éxitos más sonoros, con especial atención a las opiniones de los periodistas de entonces sobre el singular actor. Seguramente algo de Dardalla quedó impregnado en el tipo flamenco, una forma de vida puro teatro, tantas veces denostada por los contrarios al género gitanesco, como el comentarista de los años de Dardalla en el madrileño Teatro de la Cruz con que cerramos esta entrada. Saludos
* En el libro de Antoine Le Duc 'La Zarzuela, Les origines du teatre lirique national en Espagne, 1832-1851' editado en Bélgica en 2003 (en la colección Músique et musicologie editada por Pierre Mardaga) el autor hace un seguimiento del repertorio de Dardalla (p. 117 a 121).
miércoles, 21 de septiembre de 2011
El Estampío ¡Qué colocación!
En esta foto de El Estampío maravilla la colocación flamenca que tiene, parece dispuesto a una de esas quebradas que ya no se ven. ¿Y la mano? con los dedos juntos, como mandaba Vicente Escudero, como hizo Gades. Acostumbrados como estamos a la más clásica foto del jerezano Juan Sánchez Valencia braceando, esta que apareció en la revista La Estampa del 8 de junio de 1935 llama la atención. Pondremos más ya que el artículo tiene varias fotos . El pie dice: El 'Estampío' se dedica a dar lecciones de baile flamenco en casas particulares. Enseñando a las hijas de los billetosos. En Francia viviría a tutiplén, pero aquí ya sabemos como han sido tratados generalmente los flamencos por la alta sociedad, juerga por propina. Aun se lleva mucho, pero hoy ni pagan, invitan y ya. Qué tiempos, qué figura, qué talento.
(veo que el blog del amigo David 'Papeles Flamencos' ya publicó completo el artículo en cuestión)
http://www.papelesflamencos.com/2009/04/un-reportaje-de-luisa-carnes.html
(veo que el blog del amigo David 'Papeles Flamencos' ya publicó completo el artículo en cuestión)
http://www.papelesflamencos.com/2009/04/un-reportaje-de-luisa-carnes.html
martes, 20 de septiembre de 2011
Un Sevillano en La Habana (y III)
300 visitas en una semana y ni un comentario. El sevillano en La Habana... el pobre. Abandonaíto que está el poretico. Ahí va la tercera entrega. Por cierto, no lo recordaba pero ya había puesto una entrada de esta zarzuela (ver enero 2010), así que con esta van cuatro.
Esta va de fiesta de tangos cubanos en un fandango habanero y de cantar soleares
Esta va de fiesta de tangos cubanos en un fandango habanero y de cantar soleares
lunes, 19 de septiembre de 2011
Don Francisco pardo, cantaor
En estos años removiendo papeles se topa el Afinador con nombres que poco o nada representan en la historia del flamenco. Nombres como Pardo, Dardalla o Guerrero, actores, cantadores y bailadores que protagonizaron la fiebre del teatro llamado gitanesco de mediados del siglo XIX. Muchos de los estilos del flamenco los hallamos en fase embrionaria en el repertorio de estos señores, y señoras como Cámara, Perea, Vargas o la Nena. Pertenecen en general a una misma generación, la de los años dorados, los que van del 40 al 60 del XIX, la que dio el paso definitivo para elevar a categoría de arte el canto popular andaluz, con el aroma salino de los aires de estas tierras.
Hace tiempo que quiero escribir sobre un cantaor que encuentro con cierta frecuencia en los papeles. Ora en Cádiz, ora en Madrid, en Valencia, en Barcelona, siempre a la vera de José María Dardalla, primer actor del género gitanesco mediado el siglo XIX. A Dardalla habría que dedicarle un libro*, se menciona de pasada en algunas publicaciones y que yo sepa no se ha acometido un trabajo sistemático sobre su persona. Le dedicaremos pronto una entrada más extensa.
Como decía a la vera de Dardalla suele aparecer un cómico, igualmente especializado en papeles de gitano, con su habla falsa, teatral, reinventada, cantando acompañándose con la guitarra. Actor, cantador y tocador al menos entre 1843 y 1867, ahí es ná, apareciendo en los programas y carteles de diversos teatros españoles: don Francisco Pardo.
Lo encontramos primero en Madrid en el Teatro del Príncipe junto a Dardalla en la temporada 1843/1844, año en que aparece en Cádiz en el Teatro del Balón, hasta 1847 (siempre junto a Dardalla con quien regresará a la Tacita en 1848). Canta entre otras 'las boleras del jarabe americano', la linda canción 'la malagueña', las 'boleras jaleadas de la Cirila', la Serrana o el tango americano.
Francisco Pardo regresa a Madrid en la temporada de 1847 como segundo actor jocoso (el primero era Dardalla), junto a Juan y Manuel Guerrero, boleros de la compañía, compañeros de viaje durante dos décadas. Comparte escenario con Lázaro Quintana en su visita a la capital en 1848, de quien probablemente aprendió la liviana.
En la temporada de verano de 1848 realiza una gira andaluza camino de Cádiz con exitosas paradas en Écija, Córdoba Sevilla, Sanlúcar y el Puerto de Santa María (al parecer hicieron los gaditanos entonces una litografía a Dardalla que buscaremos).
En Valencia y Barcelona darán numerosas funciones entre 1850 y 1857. En Barcelona cantará el Tango de la mamita o el zapateado de Cádiz a la guitarra o las sevillanas.
En la capital del Turia canta los machos de Perico La-Cambra (liviana) recién recuperado de una enfermedad, según reza en el cartel del 24 de enero de 1852.
A partir de esos años deja de aparecer con la frecuencia anterior en los teatros por lo que suponemos que pasaría al café cantante, probablemente el Circo de Paul, donde según Blas Vega actuó Dardalla y su troupe en 1855. Sito en la calle del Barquillo el local pasaría a llamarse a partir de 1873 Café de la Bolsa, el popular café cantante.
No se ha localizado la fecha y lugar de nacimiento, si bien hemos encontrado la notica de su defunción, la anuncia el Diario de Avisos de Madrid el 7 de enero de 1867, Dardalla falleció en Bilbao al año siguiente y Pardo aparece en su compañía en el Príncipe tal y como refiere el Almanaque Musical de Teatros de 1868, del año cómico de 1866/1867, temporada que obviamente Pardo no pudo completar.
Nunca más se supo, pero en el Afinador de Noticias hemos querido recordarlo y rendirle un modesto homenaje a quien hizo las delicias del público durante veinte años ininterrumpidos. Poco sabemos de su actividad fuera de los teatros (Paul) si bien viviendo en el Madrid de los cincuenta y sesenta, debió de ser notable. Seguiremos indagando mientras preparamos otro recuerdo a su compadre José María Dardalla, haremos lo propio con Guerrero. De la Vargas, la Nena Perea y la Nena así como de Petra Cámara ya hay diversas investigaciones. Aun restan otros muchos que, como ocurrió durante el siglo XVIII en los mismos teatros (La Cruz y Príncipe) supieron añadir sus ingredientes en el puchero donde se coció nuestro flamenco. No era condición tener los calzones rotos para poder contribuir a su formación, en música y baile, logrando el género mestizo por excelencia. Lo racial para otros género musicales, ¿pero el flamenco? no hay música de fusión más sofisticada.
Saludos y gracias por los comentarios que, aunque escasos, alegran mucho.
* En una historia de la zarzuela editada en Francia en 2003 se hace un seguimiento bastante profundo sobre Dardalla: Les origines du teatre lirique national en Espagne, 1832-1851 escrito por Antoine Le Duc.
Hace tiempo que quiero escribir sobre un cantaor que encuentro con cierta frecuencia en los papeles. Ora en Cádiz, ora en Madrid, en Valencia, en Barcelona, siempre a la vera de José María Dardalla, primer actor del género gitanesco mediado el siglo XIX. A Dardalla habría que dedicarle un libro*, se menciona de pasada en algunas publicaciones y que yo sepa no se ha acometido un trabajo sistemático sobre su persona. Le dedicaremos pronto una entrada más extensa.
Como decía a la vera de Dardalla suele aparecer un cómico, igualmente especializado en papeles de gitano, con su habla falsa, teatral, reinventada, cantando acompañándose con la guitarra. Actor, cantador y tocador al menos entre 1843 y 1867, ahí es ná, apareciendo en los programas y carteles de diversos teatros españoles: don Francisco Pardo.
Lo encontramos primero en Madrid en el Teatro del Príncipe junto a Dardalla en la temporada 1843/1844, año en que aparece en Cádiz en el Teatro del Balón, hasta 1847 (siempre junto a Dardalla con quien regresará a la Tacita en 1848). Canta entre otras 'las boleras del jarabe americano', la linda canción 'la malagueña', las 'boleras jaleadas de la Cirila', la Serrana o el tango americano.
Francisco Pardo regresa a Madrid en la temporada de 1847 como segundo actor jocoso (el primero era Dardalla), junto a Juan y Manuel Guerrero, boleros de la compañía, compañeros de viaje durante dos décadas. Comparte escenario con Lázaro Quintana en su visita a la capital en 1848, de quien probablemente aprendió la liviana.
En la temporada de verano de 1848 realiza una gira andaluza camino de Cádiz con exitosas paradas en Écija, Córdoba Sevilla, Sanlúcar y el Puerto de Santa María (al parecer hicieron los gaditanos entonces una litografía a Dardalla que buscaremos).
En Valencia y Barcelona darán numerosas funciones entre 1850 y 1857. En Barcelona cantará el Tango de la mamita o el zapateado de Cádiz a la guitarra o las sevillanas.
En la capital del Turia canta los machos de Perico La-Cambra (liviana) recién recuperado de una enfermedad, según reza en el cartel del 24 de enero de 1852.
A partir de esos años deja de aparecer con la frecuencia anterior en los teatros por lo que suponemos que pasaría al café cantante, probablemente el Circo de Paul, donde según Blas Vega actuó Dardalla y su troupe en 1855. Sito en la calle del Barquillo el local pasaría a llamarse a partir de 1873 Café de la Bolsa, el popular café cantante.
No se ha localizado la fecha y lugar de nacimiento, si bien hemos encontrado la notica de su defunción, la anuncia el Diario de Avisos de Madrid el 7 de enero de 1867, Dardalla falleció en Bilbao al año siguiente y Pardo aparece en su compañía en el Príncipe tal y como refiere el Almanaque Musical de Teatros de 1868, del año cómico de 1866/1867, temporada que obviamente Pardo no pudo completar.
Nunca más se supo, pero en el Afinador de Noticias hemos querido recordarlo y rendirle un modesto homenaje a quien hizo las delicias del público durante veinte años ininterrumpidos. Poco sabemos de su actividad fuera de los teatros (Paul) si bien viviendo en el Madrid de los cincuenta y sesenta, debió de ser notable. Seguiremos indagando mientras preparamos otro recuerdo a su compadre José María Dardalla, haremos lo propio con Guerrero. De la Vargas, la Nena Perea y la Nena así como de Petra Cámara ya hay diversas investigaciones. Aun restan otros muchos que, como ocurrió durante el siglo XVIII en los mismos teatros (La Cruz y Príncipe) supieron añadir sus ingredientes en el puchero donde se coció nuestro flamenco. No era condición tener los calzones rotos para poder contribuir a su formación, en música y baile, logrando el género mestizo por excelencia. Lo racial para otros género musicales, ¿pero el flamenco? no hay música de fusión más sofisticada.
Saludos y gracias por los comentarios que, aunque escasos, alegran mucho.
* En una historia de la zarzuela editada en Francia en 2003 se hace un seguimiento bastante profundo sobre Dardalla: Les origines du teatre lirique national en Espagne, 1832-1851 escrito por Antoine Le Duc.
miércoles, 14 de septiembre de 2011
Joven aficionado en Madrid 1852
Hemos encontrado unas referencias a un joven aficionado que interpreta unos jaleos de Cádiz en 1852. Aparecen anunciados en el Diario de Avisos de Madrid mediado el mes de marzo. Por la fecha, y sabiendo que Paquirri el Guanter en 1846, con once añitos, ya estaba en las tablas gaditanas, bien podría tratarse del joven y malogrado artista nacido en El Puerto de Santa María y criado en el barrio del mismo nombre en la capital gaditana. En 1852 tendría diecisiete. Murió con veintisiete en 1862 en Madrid como ya hemos reportado en entradas anteriores. Sería mucho decir que se trata de Paquirri pero hasta que no se desmienta o demuestre nos quedamos con la duda. Aunque las noticias no especifican el nombre del joven aficionado, podría pertenecer a la compañía del célebre José María Dardalla, primer actor de tipos andaluces del teatro español, quien por cierto en el 1846 estaba en Cádiz en el Teatro del Balón como primer actor, el mismo teatro dónde actuaría ese año y el siguiente Paquirri. ¿No será Dardalla quien lo llevó a Madrid? El repertorio bien podría ser del Guanter, jaleos gaditanos. Seguiremos indagando.
También baila seguidillas gitanas Antonia Domínguez 'La Naranjita de Triana', a quien ya nos referiremos más en concreto.
Saludos
También baila seguidillas gitanas Antonia Domínguez 'La Naranjita de Triana', a quien ya nos referiremos más en concreto.
Saludos
viernes, 9 de septiembre de 2011
Playeras en Málaga
Continuando la entrada anterior os subo un fragmento que apareció en La Vanguardia de Barcelona el 2 de octubre de 1886. Por una parte se insiste en el éxito de lo flamenco en París, se refiere también a una jovencita sevillana que baila y canta playeras que es un portento. Y se cuenta además una anécdota referente, otra vez, a los ayes y lamentos de un hombre de El Perchel malagueño decentemente vestido con capa y sombrero calañés, ensayando unas playeras.
Saludos
Saludos
miércoles, 7 de septiembre de 2011
Playeras de playa o plañidera
No está muy claro si las playeras, antecedente musical y literario de las seguiriyas, se designan así por ser las que se cantan por la orilla de la playa o por estar inspiradas en los cantos de las plañideras, preferentemente gitanas, que eran contratadas en los sepelios para echarse unas lágrimas y cantiñear unas seguiriyas decimonónicas, tesis de José María Sbarbi de 1879, y desde entonces la más extendida, Demófilo incluido. Aportemos algún granito a la balanza costera, ya que, como vigués, el terruño obliga.
Jose Luis Navarro se inclina por la playa en el artículo 'La Playera' del primer tomo de 'Historia del Flamenco' (Tartessos 1995) donde hace un pormenorizado repaso al estado de la cuestión, siendo hasta la fecha la mención en el sainete de González del Castillo El soldado fanfarrón (segunda parte) la más antigua, canta Blas jaleado la playera, y se toca y baila el ole (seguiriya y soleá de finales del XVIII), además del zorongo y otros aires. Del Castillo falleció a causa de la peste en 1800 aunque no se publicaron sus sainetes hasta 1812. Karol Dembowski en 1838 sitúa las playeras en Málaga. Si es en la playa será playera, no plañidera, concluye Navarro.
Aunque desconocemos la fecha exacta del estreno del Soldado de Castillo, tiene que ser de finales del XVIII. Cuarenta años después, las playeras del Fanfarrón las canta la señora Monterroso en Madrid, el 8 de diciembre de 1837. El anuncio de día 4 no las cita, por lo que debieron llamar la atención al ser anunciadas cuatro días después.
Antonio Barberán aporta una noticia de 1886 de una playera que hace referencia a 1816 cantada por Perico Mariano (de Utrera o lebrija): Yo no soy deste gaó... El estudioso gaditano se inclina hacia la tesis de Sbarbi. José Gelardo confirmó esa letra con una noticia de 1830 aparecida en el blog El eco de la memoria: Yo no soy de esta tierra...
En este blog ya aportamos la noticia de la tanda de playeras en el Cádiz de 1841
Por su parte en el álbum Colección de aires populares de Manuel Fernández Grajal, editado en 1866, encontramos uno titulado curiosamente Playera o Caña, con un aire que es lo más parecido a una seguiriya de lo que se puede hallar en las partituras del XIX. Comenzando a contar en 5 tiempos, el primero estaría en el segundo tiempo del 3/4. Por música y letra lo que se llamó playera es seguiriya flamenca. Solo nos queda verificar si es de playa o de plañir.
Las penas son menos a la orilla del mar, refugio de desconsolados, así que la tristeza bien puede ser playera, además de plañidera.
El Diccionario de la lengua castellana escrito por la RAE en su décimotercera edición de 1809 ya lo define como (de playa). Cierto aire popular andaluz.
Entiendo que la tesis plañidera puede parecer más acorde con el espíritu de la seguiriya, pero me atrevo a hacer una aportación: La tonadilla a dúo Un barquero y la pastora compuesta por Luis Misón y estrenada en Madrid en 1765 encomienza: Que hermosa vista cuando el sol raya, ver en la playa tranquilo el mar, y el vientecito que hincha las velas, de mi Barquito ya la hace andar.
Pero lo mejor llega cuando el pescador canta: 'mientras yo doy al aire mis ayes y lamentos'. ¿Ayes y lamentos? seguiriyas playeras.
Seguiremos indagando.
Jose Luis Navarro se inclina por la playa en el artículo 'La Playera' del primer tomo de 'Historia del Flamenco' (Tartessos 1995) donde hace un pormenorizado repaso al estado de la cuestión, siendo hasta la fecha la mención en el sainete de González del Castillo El soldado fanfarrón (segunda parte) la más antigua, canta Blas jaleado la playera, y se toca y baila el ole (seguiriya y soleá de finales del XVIII), además del zorongo y otros aires. Del Castillo falleció a causa de la peste en 1800 aunque no se publicaron sus sainetes hasta 1812. Karol Dembowski en 1838 sitúa las playeras en Málaga. Si es en la playa será playera, no plañidera, concluye Navarro.
Aunque desconocemos la fecha exacta del estreno del Soldado de Castillo, tiene que ser de finales del XVIII. Cuarenta años después, las playeras del Fanfarrón las canta la señora Monterroso en Madrid, el 8 de diciembre de 1837. El anuncio de día 4 no las cita, por lo que debieron llamar la atención al ser anunciadas cuatro días después.
Antonio Barberán aporta una noticia de 1886 de una playera que hace referencia a 1816 cantada por Perico Mariano (de Utrera o lebrija): Yo no soy deste gaó... El estudioso gaditano se inclina hacia la tesis de Sbarbi. José Gelardo confirmó esa letra con una noticia de 1830 aparecida en el blog El eco de la memoria: Yo no soy de esta tierra...
En este blog ya aportamos la noticia de la tanda de playeras en el Cádiz de 1841
Por su parte en el álbum Colección de aires populares de Manuel Fernández Grajal, editado en 1866, encontramos uno titulado curiosamente Playera o Caña, con un aire que es lo más parecido a una seguiriya de lo que se puede hallar en las partituras del XIX. Comenzando a contar en 5 tiempos, el primero estaría en el segundo tiempo del 3/4. Por música y letra lo que se llamó playera es seguiriya flamenca. Solo nos queda verificar si es de playa o de plañir.
Las penas son menos a la orilla del mar, refugio de desconsolados, así que la tristeza bien puede ser playera, además de plañidera.
El Diccionario de la lengua castellana escrito por la RAE en su décimotercera edición de 1809 ya lo define como (de playa). Cierto aire popular andaluz.
Entiendo que la tesis plañidera puede parecer más acorde con el espíritu de la seguiriya, pero me atrevo a hacer una aportación: La tonadilla a dúo Un barquero y la pastora compuesta por Luis Misón y estrenada en Madrid en 1765 encomienza: Que hermosa vista cuando el sol raya, ver en la playa tranquilo el mar, y el vientecito que hincha las velas, de mi Barquito ya la hace andar.
Pero lo mejor llega cuando el pescador canta: 'mientras yo doy al aire mis ayes y lamentos'. ¿Ayes y lamentos? seguiriyas playeras.
Seguiremos indagando.
sábado, 3 de septiembre de 2011
164 años y CRISIS
Indagando en el primer número deTío Camorra (1 de septiembre de 1847), encuentro una carta dirigida a Don Juan de la Pilindrica, interlocutor del Tío Camorra en este periódico 'de batalla, donde lanza en ristre se arremetía contra políticos y literatos' editado por Juan Martínez Villergas, periodista perseguido por el tono crítico de sus publicaciones que en 1848 supo moderar transformando al Tío Camorra en Don Circunstancias. Carta que viene al pelo con la que está cayendo.
El nombre del destinatario pudo salir del folclore, ya que en la sección de coplas infantiles de la magnífica obra Cantos populares españoles de Francisco Rodríguez Marín (Sevilla 1882/83), la número 203 nombra al tal Pilindrica. Alberti también lo cita en su poema inspirado en el cuadro de El Bosco El Jardín de las Delicias: 'predica, predica, diablo pilindrica'.
Salud
El nombre del destinatario pudo salir del folclore, ya que en la sección de coplas infantiles de la magnífica obra Cantos populares españoles de Francisco Rodríguez Marín (Sevilla 1882/83), la número 203 nombra al tal Pilindrica. Alberti también lo cita en su poema inspirado en el cuadro de El Bosco El Jardín de las Delicias: 'predica, predica, diablo pilindrica'.
Salud