Son famosas las guitarras de José Pagés, patriarca de una dinastía de guitarreros gaditanos cuyos instrumentos fueron de lo más apreciado en el siglo XIX. Se cree que fue pionero en la utilización del varetaje en abanico como refuerzo de la tapa.
Apenas hemos encontrado referencias a Pagés en la prensa histórica, sólo estos dos breves de 1809. En el primero se anuncian las clases de guitarra inglesa (portuguesa) que imparte en Cádiz Manuel Josef Vidigal (notable compositor y guitarrista portugués, autor de música de salón muy apreciado por la aristocracia). Se da razón en la casa de Pagés de la calle Amargura 70 (hoy Sagasta). Apareció en el Diario Mercantil de Cádiz el 13 de octubre.
En foroactivo.com he encontrado una foto de una de las guitarras de Pagés de 1818 proporcionada por Cristina Ramírez, de la conocida familia de guitarreros madrileños.
Con instrumentos como éste se comenzó a forjar la técnica de mano derecha y el modo flamenco (mano izquierda), la tonalidad autóctona que dotó de armonía a las melodías gitanas o agitanadas que comenzaron a cultivarse con cierta asiduidad principiando el siglo XIX y que una vez fundidos sus lenguajes (la guitarra y el cante) dieron como resultado lo que hoy llamamos flamenco.
No debió ser fácil poner de acuerdo los tonos temperados de la guitarra española con las tonadas bajoandaluzas recreadas al calor del romanticismo. Eso sí que fue una fusión, y los flamencos fueron los imprescindibles alquimistas, mezclando oriente y occidente lograron una de las música más singulares y mestizas del planeta.