G. Serrano confiesa que este baile en Granada le hace revivir otro al que asistió en Sevilla: 'Me olvidé enteramente de nuestros bailes de sociedad, donde todo es fastidio y laxitud, y admiré aquellas notabilidad de canto y de baile, que contando con los solos recursos naturales, y sin tener formado el gusto, rivalizaban y superaban a veces a las ponderadas donnas de nuestros teatros y a los orgullosos bailarines de tablas. Esta misma observación se me había ocurrido en Sevilla, cuando oí cantar al Planeta y al Tillo, a María de las Nieves y a Juan de Dios; y ahora había encontrado dignos rivales en la Rubia, en el Canario, en Lenteja, y otros se me recordó'. Sin ninguna duda el escrito de El Solitario inspiró este de Giménez, quien solía alabar la labor de Estébanez en sus artículos. ¿Estuvo Giménez Serrano en Triana en el 1838 o solo está emulando al Solitario?
A lo que vamos. Este baile en Granada describe una fiesta en casa de la Tía Tarasca en el barrio de San Lázaro, a la entrada de la carretera de Málaga 'donde habita la gente de mano pesada, de corazón duro y de intenciones bizcas' donde cantan, tocan y bailan Joseillo, El Canario, La Rubia y El Lenteja (nadie diría que estamos en 1844, más bien parecen los ochenta, cuando el padre de La Rubia mató al Canario; y el bailaor Lenteja (Paco de Lucena, en realidad Lentejo. Pero ninguno de los tres había nacido. En el 44 nace Juan Breva).
Los protagonistas de esta fiesta son Clara La Rubia, con las voz más dulce que un ruiseñor y que también toca la vihuela, y Currilla y La Gitana que bailan sobre las rosas sin ajarlas, y el Canario que después de toser canta con voz hermosa de tenor. Y Joseillo. ¿Se podría tratar de José el Granaíno, el cantaor general de cantiñas y cañas? No sabemos cuando nació pero sí que en 1852 tuvo que dejar los ruedos por una cogida. Por la letra que canta en la fiesta bien podría tratarse del cantaor dicen algunos que de Sanlúcar.
¡Viva Cádiz, viva El Puerto
viva quien sabe querer,
vivan los hombres que sufren
penas por una mujer
También encontramos una descripción bastante detallada del toque por granadinas: 'El fandango llamado Granadina que se tocaba, tiene una magia inexplicable en sus sencillas notas; el gusto del guitarrista, que por lo general es diestro y se deja llevar de su imaginación, hace que unas veces parezcan sus armonías el remedo de un canto guerrero, que declina en música bulliciosa y desordenada como el ruido de una bacanal; otras suaves y amorosas, melancólicas o alegres, combinadas con el golpe acompasado sobre la tapa...".Aconsejamos su lectura, tiene miga esta descripción de una fiesta flamenca en 1844.