sábado, 25 de enero de 2014

La Cachucha alegrita y gitanesca de 1815

Que la Cachucha fue canción archiconocida es bien sabido; que su tonada sobrevive en las zambras del Sacromonte desde que la adoptaron a finales del XIX también; que su aire la sitúa en la raíz misma de lo flamenco, no habría que dudarlo. Lean este periódico gaditano donde la canción es calificada de música alegrita y gitanesca


Procurador general 3/1/1815

En 1813 ya habían aparecido en la prensa, intermediando las seguidillas boleras, coplillas sueltas de cachucha, cantes de cascabel gordo referidos a una pequeña embarcación. 


La Abeja Española 24/5/1813

De gitanas y charangueras las calificó el Redactor General


El Redactor General, Cádiz 13/7/1813

Y también fue, cómo no, canción patriótica en honor de Fernando VII en el segundo aniversario de la Constitución. Javier Osuna ya dio buena cuenta de su más que probable origen gaditano en unos de sus espléndidos Fardos


Redactor General 19/3/1814

Se conserva la música de Ramón Carnicer, datada por la BNE hacia 1810, aunque bien podría ser más tardía.

Vámonos china del alma
vámonos al arcibiyo
que allí se cantan las cañas
con sonajas y palillos

Cantar las cañas con sonajas y palillos está muy bien en estos años. El tema principal de la introducción y el aire general, hoy podrían ser jaleos, bulerías de entonces, gitanas y charangueras.

Décadas después apareció, tal cual, como canción americana refundida por Sebastián Iradier*. Ahí quedó el baile estilizado y voluptuoso de, entre otras, Fanny Essler, la alumna austriaca de Dolores Serral, que la estrenó en 1836 en el Diablo Cojuelo en París**.


Semanario Pintoresco Español 12/7/1840

La nueva cachucha fue tan popular que el mismísimo Johann Strauss padre compuso un galopp sobre la canción gaditana. Aquí por los Filarmónicos de Viena, tremenda orquesta.





* De ahí que en el DRAE de 1869 la cachucha, amén de un tipo de gorro, denomina a su vez el nombre que reciben en algunos puertos y ríos americanos las embarcaciones pequeñas, botes o lanchillas.
** Ver los trabajos de la amiga Rocío Plaza, donde deja clara la huella de los bailes españoles en las tablas francesas e inglesas, o Gerhard Steingress en su imprescindible Y Carmen se fue a París