sábado, 30 de enero de 2010
Silverio en Madrid en 1879
El 1 de junio de 1879 en el diario madrileño La Iberia aparece la noticia de las actuaciones de 'canto y baile flamenco' de Silverio y su cuadro en el Teatro de la Bolsa de la calle Barquillo, en el barrio actual de Chueca que, junto a Lavapiés y la Plaza de Santa Ana, era centro flamenco de primera en la capital. Creíamos que Silverio nunca se anunciaba como flamenco pero ya vemos que en Madrid era usual ya utilizar el apelativo. Por los nombres del cuadro se puede apreciar que el famoso cantaor sevillano reunía lo más granado del flamenco de la época en su grupo, el maestro Pérez a la guitarra y Trinidad Cuenca 'La Bonita' o Antonio el Pintor bailando, entre otros. Dos funciones diarias y flamenco en la capital. Estos datos se pueden conseguir hoy más fácilmente que antaño. Los motores de búsqueda de internet permiten localizar noticias como esta en la prensa del XIX. Aun falta mucha prensa por digitalizar pero poco a poco estarán a nuestra disposición muchos datos que, sin duda, vendrán a cambiar, aun más, el semblante del flamenco en los años cruciales que van desde 1830 a 1890. Gracias por comentar
martes, 26 de enero de 2010
Siguiendo con las tonás, en 1847 eran divertidas y graciosas
Siguiendo con las tonás, ahora son divertidas y graciosas. Fíjese usted qué cosas, tiene el investigar.
Encontré estos versitos en la obra 'Soy... mu bonito', pieza en un acto del género andaluz, original de D. Fernando G. de Bedoya, representada por primera vez en el teatro del Príncipe de Madrid, el año 1847, a beneficio de doña María Chafina. Gracias por comentar
Encontré estos versitos en la obra 'Soy... mu bonito', pieza en un acto del género andaluz, original de D. Fernando G. de Bedoya, representada por primera vez en el teatro del Príncipe de Madrid, el año 1847, a beneficio de doña María Chafina. Gracias por comentar
sábado, 23 de enero de 2010
Cuando las tonás se tocaban a guitarra
Hubo un tiempo en que toná era sinónimo de melodía, tonada al fin y al cabo, estuviese o no acompañada de guitarra, y si no lean este fragmento de la zarzuela en un acto 'Un sevillano en La Habana' de Leopoldo Palomino y música de Isidoro Hernández, estrenada con éxito en el teatro del Buen Retiro de Madrid el 2 de julio de 1871. En un diálogo entre los personajes Tomás y Curro se puede leer:
Curro - Muchachos, veni pa cá
y templar esas sonantas,
y a lucir esas gargantas
con un güena toná;
que habita en estos locales,
causándole envidia ar Só,
la reina, lo digo yo,
de las mujeres juncales.
Tomás: ¿Qué cantamos?
Curro: Un jaleo, y a luego una soleá o cuarquiera otra toná.
Tomás: Vaya pues que es su deseo.
Y cantan
La toná es pues en 1871 para muchos cualquier cante, aquí una soleá acompañada de sonanta.
Gracias por los comentarios.
Curro - Muchachos, veni pa cá
y templar esas sonantas,
y a lucir esas gargantas
con un güena toná;
que habita en estos locales,
causándole envidia ar Só,
la reina, lo digo yo,
de las mujeres juncales.
Tomás: ¿Qué cantamos?
Curro: Un jaleo, y a luego una soleá o cuarquiera otra toná.
Tomás: Vaya pues que es su deseo.
Y cantan
La toná es pues en 1871 para muchos cualquier cante, aquí una soleá acompañada de sonanta.
Gracias por los comentarios.
miércoles, 20 de enero de 2010
Sevillanas que se volvieron rancheras sin querer
Por arte de birlibirloque los autores Varela y Fernández que firman la clásica ranchera 'Cielito lindo' tomaron una letra, sin querer, de unas sevillanas. Las encontré en una zarzuela cómico-lírica del género andaluz titulada 'El Carnaval de Sevilla' arreglada por Enrique Prieto y con música de Miguel Blanco representada con grande aplauso, por espacio de diez y siete noches seguidas, en el teatro madrileño del Recreo en el año de 1872. Concluye con la letra 'Tienen las sevillanas en su mantilla un letrero que dice Viva Sevilla, y esto es tan cierto como noventa y nueve y una son ciento', bordón de seguidillas sevillanas que Lorca firmó como canción popular. Cosas que pasan sin querer. Gracias por comentar.
sábado, 16 de enero de 2010
El barco en el que Silverio regresó de su periplo por tierras uruguayas
Demófilo afirmó que Silverio había regresado a España (Cádiz) desde Montevideo en un barco llamado Gravina. Una vez encontré la actuación de julio de 1864 de Franconetti en Cádiz (reseñada en este blog) me dispuse a revisar la entrada de buques al puerto de Cádiz. Y efectivamente, en el diario gaditano 'El Comercio' del 22 de mayo de 1864 aparece en el parte mercantil de la Capitanía del Puerto de Cádiz la siguiente reseña: Buques entrados. Día 20: Bergantín español de guerra de 16 cañones GRAVINA, su comandante don Domingo Medina, de Montevideo. En 75 (días). Tras ocho años en tierras americanas regresó Silverio a la Tacita de plata comenzando a forjar su proyecto empresarial con el cante flamenco, dignificando esta expresión musical y proyectándola al futuro. Saludos y gracias por comentar.
martes, 12 de enero de 2010
El tenor flamenco Belart por soleá en 1853
El 3 de septiembre de 1853 aparece una nota en la sección de anuncios públicos del diario gaditano El Nacional, que reza como sigue:
'Mañana sábado se verificará el beneficio del señor Barba, en el que después de varias escenas líricas cantará por única vez el señor Belart, el polo titulado De Muñoz, y la escena española El Majo de Rumbo, que se compone de Caña, Rondeña y Soledad.'
Por lo visto no gustó mucho su interpretación del polo de muñoz y así se dijo en el periódico al día siguiente: 'Noticias Varias: Por despedida el señor Belard nos dio anoche un pego. Los majos de Rumbo que anunció y el polo de Muñoz, no son lo que cantó, ni sabía la letra, ni fueron nada más que la ejecución de aquel refrán de para lo que he de estar en este convento, etc. Parte del público despidió con algunas palmadas al artista, sonando, sin embargo, algunas muestras leves de desagrado. El señor Belard en cuanto las oyó salió de nuevo, pues ya se había despedido, y cruzó el teatro saludando en son de burla a los circunstantes, y en seguida cayó el telón. El público entonces pidió con insistencia que se volviera a presentar, y en cuanto lo verificó le castigó con un prolongado ¡fuera! Como jamás hemos oído darlo en el teatro Principal. Y lo ha merecido el señor Belard. Este artista ha sido siempre aplaudido del público gaditano; y bien merecía este que él manifestase por aquel más celo en complacerle, y ya que tan mal le sirvió, no hacer siquiera alarde de la propia falta, presentándose arrogante a recibir con sorna, las pequeñas muestras de desaprobación. Nosotros que siempre hemos manifestado por el señor Belard vivas simpatías, condenamos enérgicamente su conducta de anoche.'
'Mañana sábado se verificará el beneficio del señor Barba, en el que después de varias escenas líricas cantará por única vez el señor Belart, el polo titulado De Muñoz, y la escena española El Majo de Rumbo, que se compone de Caña, Rondeña y Soledad.'
Por lo visto no gustó mucho su interpretación del polo de muñoz y así se dijo en el periódico al día siguiente: 'Noticias Varias: Por despedida el señor Belard nos dio anoche un pego. Los majos de Rumbo que anunció y el polo de Muñoz, no son lo que cantó, ni sabía la letra, ni fueron nada más que la ejecución de aquel refrán de para lo que he de estar en este convento, etc. Parte del público despidió con algunas palmadas al artista, sonando, sin embargo, algunas muestras leves de desagrado. El señor Belard en cuanto las oyó salió de nuevo, pues ya se había despedido, y cruzó el teatro saludando en son de burla a los circunstantes, y en seguida cayó el telón. El público entonces pidió con insistencia que se volviera a presentar, y en cuanto lo verificó le castigó con un prolongado ¡fuera! Como jamás hemos oído darlo en el teatro Principal. Y lo ha merecido el señor Belard. Este artista ha sido siempre aplaudido del público gaditano; y bien merecía este que él manifestase por aquel más celo en complacerle, y ya que tan mal le sirvió, no hacer siquiera alarde de la propia falta, presentándose arrogante a recibir con sorna, las pequeñas muestras de desaprobación. Nosotros que siempre hemos manifestado por el señor Belard vivas simpatías, condenamos enérgicamente su conducta de anoche.'
Al parecer le sentó mal el comentario a Belart y se dirigió a la redacción del periódico para protestar.
'Noticias varias: El señor Belard estuvo ayer en nuestra redacción. Quiso tomar por lo tragi-líri-melo-mimo-dramático lo que de él con harta razón dijimos en nuestro número anterior. Le acompañaba el señor Barba. El público comprenderá si nosotros nos prestaríamos a cantar músicas celestiales. ¡No faltaba otra cosa!'
Haremos más adelante una semblanza más detallada de Belart, Buenaventura Belart, famoso y malogrado tenor que triunfó en los mejores teatros del mundo interpretando diferentes roles de ópera. Por lo visto era un tenor-flamenco por su afición al cante, como queda reflejado en su participación en el 'Majo de rumbo' aquí citado, en el que cantó caña, rondeña y soledad. Es una, aunque no la más antigua, de las primera citas de soleá referida al cante.
Saludos flamencos y no dejen de comentar el blog.
Saludos flamencos y no dejen de comentar el blog.
domingo, 10 de enero de 2010
Carta de Alejandro Dumas padre sobre su amiga la bailaora Petra Cámara
Si fue grande el talento de Alejandro Dumas como escritor, no fue menor la admiración que profesaba hacia la sevillana Petra Cámara en particular y hacia al baile español en general. Así lo dejó escrito en esta carta echando piropos sin cesar. En verdad no sé si a don Alejandro le gustaba más su baile o su bamboleo, sin embargo nótese cómo describe el acento flamencón de las andaluzas cuando bailan. Y lo que piensa de los ballets de la ópera, ¡y de las bailarinas francesas! No lo dude, lealo que tiene miga.
Se publicó en septiembre de 1853 en el diario gaditano El Nacional transcribiendo la que Dumas envió La Independencia de Bruselas.
Se publicó en septiembre de 1853 en el diario gaditano El Nacional transcribiendo la que Dumas envió La Independencia de Bruselas.
El célebre novelista francés Alejandro Dumas ha dirigido a la Independencia Belga una carta en la cual habla de la aplaudida bailarina española Petra Cámara, en los términos siguientes:
'La Petra Cámara, dice Alejandro Dumas en esta carta, es una de mis antiguas y excelentes amigas, una de tantas entre la multitud de antiguas amigas de veinte y dos años que conozco hace un lustro. Este tiempo hace justamente que conocí a la Petra: tenía entonces diez y siete años. Era el colibrí más adorable que podía haber desde Ceylan a Cachemira, el pájaro del Paraíso más encantador que podía encontrarse desde Bombay a Chandernagor. Ved sus ojos, ved sus pies, admirad su cuerpo, y cuando hayáis visto todo eso, dudad como Santo Tomás y sobre todos procurad tocarlo.
“Pero desgraciadamente la Petra es impalpable. Ella me ha inspirado una loca pasión por el baile; que los bailetes de la ópera jamás me hicieron sospechar siquiera. Los bailes españoles son poemas completos, ejecutados no solamente con las piernas sino con los ojos, con los brazos, con los labios, con las manos, con los pies, con todo el cuerpo. Conocí en Sevilla tres criaturas, que yo llamaría tres ángeles, si por lo lindas no me hubieran parecido tres demonios capaces de dar al traste con toda la austeridad de San Antonio Abad. Estas fueron Petra, Anita y Carmen. Jamás trinidad alguna tuvo sus fervientes adoradores. Sus ojos y sus pies eran como nunca los he visto en parte alguna. Todas las comparaciones que puedo hacer son pálidas y descoloridas. Al lado de estos ojos, las estrellas parecen oscuras, los brillantes pálidos, los diamantes opacos. De los pies de las andaluzas solo diré que no hay iguales en el mundo.
El baile español es arrebatador y Petra raya en lo maravilloso. El Ole sobre todo no es un baile, ni petra una bailarina como aquí las comprendemos. Yo no conozco nada más triste que nuestras bailarinas francesas que se mueven con visible fatiga, no obstante la eterna sonrisa, prendida como con alfileres en los dos ángulos de su boca. Estas no danzas sino con las piernas, y alguna vez por casualidad, con los brazos; pero en España es muy diferente, el baile es un placer por el baile mismo. Las bailarinas españolas bailan con todo el cuerpo: la cabeza, los ojos, el cuello, el pecho, los brazos, las caderas, todo acompaña y completa el movimiento de las piernas.
La bailarina española piafa, bate los pies, relincha como un caballo ardoroso, brama como un tigre, ruge como una leona. Se aproxima al hombre, se aleja, vuelve a aproximarse, e comunica ese fluido magnético que arroja a torrentes de su cuerpo, enardecido por la pasión. Los bailarines a su vez participan de la fiebre del baile, la comparten con ellas, tiemblan, se estremecen, rugen y hacen partícipes de su fuego a los espectadores, que a su vez les comunican esos gritos, esos bravos y esos aplausos que les embriagan y esa llama que los quema'.
Todo esto y más que esto le inspira a Dumas el Ole, el Vito y el Fandango bailado por nuestra Petra Cámara. Pero el célebre novelista no se ha limitado elogiar en los periódicos la gracia española simbolizada por la Cámara: ha hecho más, la ha obsequiado en su casa con un espléndida cena.
Pocos antes de salir para Bélgica los bailarines españoles, a las once de la noche, un gran número de artistas, de literatos y de lindas mujeres, amigas de novelistas, llenaban el gran salón del piso bajo, que preparado para la recepción, presentaba un punto de vista deslumbrador. Sobre su tapicería granate, suspendida ligeramente acá y allá por gruesos clavos dorados, se destacaban, también de oro, todo en derredor, las más bellas estatuas de la Edad Media, las obras de la fantasía moderna, mientras que sobre la gran chimenea, al lado de un antiguo reloj de bronces, de cinco pies de altura, se elevan dos vasos de china llenos de hojas y flores, con que parecían brindar a la gran Venus de Milo, que blanca y serena dominaba a todas las estatuas.
Entre la colgadura granate destacaban cuadros magníficos y los retratos de Chateaubriand, Lamartine, Victor-Hugo y Nodier. Todo esto embellecido por mil adornos, como vasos de Bohemia, cristales y porcelanas, divanes argelinos, sillones esculpidos, espejos y grandes jarrones llenos de plantas y de flores.
A las once y media llegaron los bailarines españoles. Venían a su cabeza la Petra Cámara y su hermana Ana con Guerrero; la Petra, más linda y más joven que en el teatro; Ana el tipo admirable de siempre, de mezcla de raza andaluza y árabe; Guerrero con su genio tan vivo como su danza. Fueron acogidos con bravos y aplausos, y el dueño de la casa, usando de su privilegio, besó la mano a Petra.
Representose ell nuevo vaudeville “La familia improvisada” en que Mounier, su autor, representa cinco caracteres. Concluida la comedia bajaron los convidados al jardín de invierno que el poeta había hecho adornar lindamente. Figuraos una ligera nave de cristal, tapizada de enredaderas de plantas tropicales, de flores exóticas con pájaros y ruiseñores revoloteando en derredor, y a través de todo esto lámparas magníficas, candelabros derramando su luz entre los arbustos, en una palabra, bajo este foco de luz y de verdura un verdadero festín de Baltasar.
La cena estaba dispuesta para sesenta personas. La larga mesa llenaba el jardín, y llenaba hasta el vestíbulo adornado de linternas chinescas y de vasos del Japón. Los convidados, no obstante ser expresados solo sesenta, pasaban de ciento. Dumas siempre tiene abierta su casa y su mesa para todos sus amigos. Había sentadas a la mesa damas belgas, francesas y españolas. Las viandas de todas clases, los pasteles, los pescados, los melones, los platos de frutas circulaban por todas partes con una profusión solo igual a la de las Bodas de Camacho. Los vinos del Rhin escoltaban a las ostras de Ostende, el Beaune a los pasteles de Amiens, las pasas de Málaga, las naranjas de Valencia estaban allí con el Jerez, el Valdepeñas, Rota y Pajarete.
La Petra se sentó a la derecha de Mr. Dumas, se sucedieron los brindis sin interrupción, y terminó la fiesta con todo el repertorio de los bailes españoles por la Petra Cámara y Guerrero. Eran las tres y media de la madrugada y se bailaba todavía. La madre de Petra, cansada por el efecto de sus años, y por lo largo de la noche, se levantó para marcharse con sus hijas, y esta fue la señal de la dispersión de todos los convidados.
En tanto que es objeto la Petra Cámara de todas estas ovaciones en Bélgica y en Francia, la Nena [1] conquista no menores triunfos en París.
[1] Se refiere a la Nena Perea, a la que traeremos aquí en breve. Salud y comentarios.
sábado, 2 de enero de 2010
Ruta de Cádiz a Madrid
Siempre he creído en lo importante que es la geografía para la música en general y el flamenco en particular. De ahí que adjunte hoy una página de la Guía de Cádiz y su obispado del año 1838 donde aparecen las ventas en las que paraba la diligencia que hacía la ruta de Cádiz a Madrid. En ella podemos observar buena parte de la geografía más flamenca. Cómo reluce...