sábado, 16 de noviembre de 2013

Con Silverio se acabó el cante gitano

Que Silverio fue grande entre los grandes todo el mundo lo sabe. Su apellido ha invitado a muchos, algunos reconocidos estudiosos, a acusarlo de agachonar el cante y destrozar la esencia, cuando todo apunta a que fue precisamente al revés. Desde que Franconetti ordenó definitivamente el repertorio (seguiriyas, polos, caña, serrana, rondeña, soleá) comenzó la andadura de eso que llamamos flamenco. Es público y notorio. 

Hoy traemos una Coplas del Domingo (cante de madrugá) que aparecieron en 1920 publicadas en el diario El Heraldo de Madrid. Tiene interés, describe una juerga a altas horas donde encontramos varias letras atribuidas aquí, dos a Silverio y una a Juan Breva.

El Heraldo de Madrid 26/1/1920

La primera, una soleá  haciendo son con esmero, es bien interesante:

Silverio s'ha puesto malo
si se nos muere Silverio
s'acabó el cante gitano

Como vemos gitano se refiere al cante, al repertorio, y no a su intérprete. Así lo pudimos leer en su día en referencia al cante de otro payo, al cantante del género gitano Lázaro Quintana, noticia de 1847 (primera mención a la música flamenca encontrada hasta la fecha).

El Espectador 6/6/1847

Y así corregía Chacón, otro castellano, a Bagaria en 1922 en una entrevista con motivo del concurso de Cante Jondo de Granada 

La Voz 8/6/1922

Si lo aceptáramos y nos dejáramos de temas raciales, más fachorrillas que otra cosa, al flamenco le iría mucho mejor. Tiene guasa que esto pase en el paraíso del mestizaje. 

Una variante de la Segunda letra de estas coplas dominicales la cantó Pastora como bulerías por soleá, y también la popularizó Porrina por tangos.



Ole al barrio del mataero y la tercera, que reconocemos también en un cante de Pastora por soleá de Frijones (casi veinte años más joven que Silverio)



La cuarta y última es la preciosa malagueña de Juan Breva nominada por José Luque bandolá corta.



Mención final a El Mochuelo en escena cotidiana, digo.