Noticias Varias
Esta noche da su último concierto el café del Correo el célebre guitarrista don TRINIDAD HUERTAS. Qué hemos de decir nosotros en elogio de semejante artista, que no haya expresado a una voz la prensa extranjera y la nacional? ¿En dónde se ha presentado el instrumentista español que no haya entusiasmado a cuántos han tenido el gusto de escucharlo? Y no solo la prensa, sino también la poesía ha consagrado la inspiración de sus más predilectos ratos para cantar en loor del músico-poeta, del guitarrista sin rival. El oírlo como sucedió en el teatro Principal, no es escucharlo; aquel edificio es muy grande para percibir las delicadezas de sus melodías, lo exquisito, lo sublime de su ejecución. Nosotros que hemos tenido el placer de oírlo en más estrecho recinto, no hace muchas noches, nos admiramos del incomprensible partido que el señor Huertas saca de un instrumento tan ingrato como la guitarra. Después de oírlo en una sala, se comprende como este artista español haya merecido deferencias y retribuciones de la reina de Inglaterra, de la esposa de Luís Felipe, del rey de Bélgica y sobre todo de nuestra reina que no solo lo remuneró más espléndidamente que ningún otro soberano, sino que lo distinguió con la cruz de Carlos III. El señor Huertas tiene otro mérito que el de su arte, para merecer la deferencia y aprecio de los liberales.. Durante las diferentes expatriaciones que estos han experimentado, ha sido el señor Huerta en donde quiera que ha estado más que un amigo de cuantos han solicitado su influjo y caridad. ¿Cuántas miserias no ha aliviado ya con el producto de su habilidad, ya haciendo recomendaciones a los personajes extranjeros que lo aprecian por su mérito artístico? Por todas estas atendibles razones, nosotros creemos que el señor Huertas será favorecido esta noche con un numerosa concurrencia.
Trinidad Huertas no era flamenco, ni mucho menos, pero su toque seguramente apuntaba en algunas piezas, como las variaciones sobre el fandango, que habría que habérselas escuchado. A lo mejor lo hizo Patiño que por entonces contaba 24 años y once después acompañará a Silverio. Chi sa.
Trinidad Huertas no era flamenco, ni mucho menos, pero su toque seguramente apuntaba en algunas piezas, como las variaciones sobre el fandango, que habría que habérselas escuchado. A lo mejor lo hizo Patiño que por entonces contaba 24 años y once después acompañará a Silverio. Chi sa.