Al pobre Lázaro no debió de gustarle nada la gracieta, propia de algún desaprensivo (si se trata de nuestro Lázaro el enemigo sería un antiflamenco, que desde siempre abundan). Quintana también denuncia al redactor del Avisador Malagueño que el 6 de marzo bajo el epígrafe Un regalo de la corte publicó una noticia que, según Lazaro, describe lo que a él le sucedió con el barril. El redactor sin embargo declara en el juicio de conciliación que no se refería a Lázaro ya que el artículo menciona como destinatario a un conocido gitano y, según se dice, Lázaro no lo es. Reproducimos completo lo que publicó La España el 16 de marzo.
Pobre Lázaro. Con lo bien que debió cantar. Fuese o no gitano, que esa es otra. A lo mejor le perdemos la pista por asuntos como éste. A lo mejor no se trata del cantaor, olvidado por la flamencología, ya que ni El Solitario ni Demófilo se refirieron a él. Debemos hacerle justicia, aunque solo sea por ser el primero hasta el momento que aparece en la prensa histórica como 'cantante flamenco'. Gracias a Monte que encontró el dato.