En los blogs más flamencos se vienen publicando dos tipos principales de fuentes, documentos hallados en los archivos, bastante fiables, y las que proceden principalmente de la prensa y la historiografía, estas lo son menos. Este blog se ha centrado desde el principio en la prensa. Consciente de que la intrahistoria quedó flotando en el éter, sólo podemos intentar reconstruirla con los datos a nuestro alcance, pero nunca llegamos a adivinarla tal y como fue. La historia no es ciencia exacta, no es matemática.
ABC 22/5/1962 |
El flamenco se hace, como todos los géneros de música, con melodía, metro, ritmo, armonía, forma, dinámica y articulación, conformando una estética única, un género peculiar. El resultado es un artificio, arte musical modelado al gusto del respetable durante siglos. Cuando comienzan a cristalizar las formas flamencas, allá por 1820, éstas se definen por unos rasgos distintivos, aquí un compás característico de doce tiempos, allá un modelo armónico a medida que llamamos frigio, cadencia andaluza, modo flamenco, hasta frigio mayorizado, entre otras lindezas, ambos al servicio de una melodía singular que es la que define el género, a lo gitano, y lo hace inconfundible.
Ahora bien ¿Cómo cantaría aquel Silverio? La historia nos dice que con el eco de su voz se abrían los azogues de los espejos. Me pregunto si se parecería más a Mairena o a Marchena. Unos darán por hecho, por cuestiones de raza, que a José Tejada ¿Y Antonio Monje El Planeta? Aunque de él nada podemos aventurar, muchos dirán que a Torre, claro. ¿Y Curro Dulce o El Nitri? ¿Cómo era la voz del Mellizo?
La historia nos habla de la voz afillá, deduciendo de los escritos de El Solitario y una copla con la Andonda que esa voz se corresponde con la del Fillo, a quien una vez llamaron El Rubini del cante flamenco. También hay quien escucha ese rajo, esa voz rozá, ese color en Manuel Torre. Y se da por hecho que María Borrico, Frasco El Colorao o La Serneta cantaban así. Si eran callos reales no podrían cantar de otra forma.
La generación post 1956 puso en valor el flamenco doméstico y encumbró voces que herían por su timbre, por el color, no tanto por la música. Llegando a decir de Tomás o Sernita, por nombrar dos ases, que cantaban mu gachó. Esta escuela, mal nominada neoclásica siendo totalmente 'contemporánea' (1956-?), pone en valor el timbre, el color de la voz, sobre el resto de cualidades del sonido (altura, duración e intensidad, por decir las otras tres). Cuanto más rancio más puro, palabra por la que Pachón y muchos otros sienten devoción, así su nueva película: Triana pura y pura. La música pasa a ser algo secundario, lo importante es el timbre, ronco, atávico, visceral, crudo. Pura novela.
¿Pero quién sabe cómo cantaba El Planeta, el Fillo o el mismísimo Broncano? Los cuatro polos que hemos localizado del maestro gaditano no dicen nada al respecto, solo que se subió a las tablas de los teatros de la Tacita para interpretarlos. Después el baile en Triana y la Asamblea. Y que era grueso. No hay mucho más.
Mairena dijo que lo que él y sus primos cantaban era antiguo, puro y gitano, y se montó el guirigay actual donde la apisonadora del racismo dejó en la cuneta a muchísimos artistas, por nuevos, impuros y no gitanos. Medio siglo largo después seguimos ejerciendo de catetos defendiendo purezas imaginadas, razas de novela, y ancestros de dibujos animados. Ay Ricardo picha, los artistas de lujo, pero mucho de lo que cuentas es más falso que la sonrisa de Aznar.
La música apunta en otra dirección. La métrica muy afroamericana, la rítmica resultante un milagro de alquimia, como el sistema armónico. ¿Y la melodía?
A pesar del ejercicio de atavismo flamenco llevado a cabo por la flamencología más ortodoxa, me temo que las tonadas o melodías flamencas no fueron heredadas sino recreadas, puro artificio a medida, al gusto que dibuja la historia, que no la intrahistoria, melodía gitanesca, agitanada, maleable, de sastre. En música nada logra ser puro, racial o antiguo, sino impuro, mestizo y reciente.
¡Ay si alguien inventara por fin la máquina del tiempo! Yo me pido ir a Cádiz entre septiembre de 1826 y agosto de 1828 para escuchar al Planeta en el Teatro del Balón.
El Afinador de Noticias, con cuatro años y 300 entradas publicadas, desea a todos sus lectores buenas fiestas de Navidad y Año Nuevo. Brindaré por ustedes con Alvariño, Vigo, Baiona, Panxón, Noiteboa, Nadal. Un abrazo a todos.
Islas Estelas y los farallones, desde Monteferro, Panxón. Al fondo Cabo Silleiro. Miña terra galega. |