Para los que no conozcan los términos básicos de la tonalidad decir que la tónica es el acorde donde descansa la música tonal, y la dominante el acorde cuyo destino es resolver en la tónica, formando una cadencia, en este caso la llamada perfecta. Desde hace mucho tiempo pienso que la tonalidad flamenca procede del menor, cuya tónica un día decidió quedarse en la dominante, convirtiendo a aquella en cuarto grado. La nueva tónica, andaluza, antes dominante, necesita también su propia dominante, pero en su caso no se encuentra a intervalo de quinta, como mandan los cánones de la música occidental, sino de segunda menor, formando la llamando cadencia andaluza: Fa-Mi (por arriba), Sib-La (por medio) o cualquiera que sea el tono en cuestión. Digo todo este, aunque parezca farragoso y pido disculpas, por haber encontrado una crónica del crítico de la Correspondencia de España Enrique Sepúlveda del estreno de la maravillosa obra sinfónica Escenas Andaluzas del maestro Tomás Bretón. Apareció el día 23 de febrero de 1894 y en ella al comentar el Polo gitano que contiene dicha obra llama la atención sobre la cadencia: 'es curioso e interesante observar, que este número termina en la dominante, verdadera tónica de este género'. La práctica de ésta tonalidad andaluza tenía entonces al menos un siglo de vida, apareciendo además en los polos de finales del XVIII, cuando la dominante menor se hizo tónica de la tonalidad andaluza.
La tonalidad flamenca es la base armónica de buena parte del repertorio y propia del género, aunque se encuentre también en la música popular y el folclore español e hispanoamericano.
El milagro se produjo de tanto usar la semicadencia en jácaras del XVII y fandangos del XVIII, que entre por ejemplo el Re menor y su dominante, el La, se insertaban los acordes de Do y Sib (cadencia andaluza por medio, al tono de patilla que se decía antes). Lo del frigio y el dórico es otra cuestión, no armónica, sino melódica. Para eso precisamente se creó esta tonalidad ad hoc, para acompañar las melodías predominantemente frigias de algunas tonadas flamencas. Ojalá alguien nos ilustre sobre un género anterior al polo donde la nueva tónica reine en la tonalidad, no en el modo menor sino en el modo andaluz.
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