Traemos hoy una noticia publicada en el diario madrileño El Motín del 21 de diciembre de 1884, los años en los que el flamenco ocupaba el trono entre los aficionados a los espectáculos públicos. El reportero relata cómo un tocaor y un cantaor negrito entretenían por unas monedas a los transeúntes por peteneras desde una calesa que recorría las calles de la capital.
Sobre los negros en el flamenco ya José Luis Navarro nos informó en su libro 'Semillas de ébano'. Está pendiente no obstante un estudio de los cantaores presuntamente negros autores de las 'rondeñas del negro' (según los Soler un cantaor malagueños del siglo XIX) que se cantan con la letra 'del árbol que la sostiene', en el repertorio de Silverio desde al menos 1864; o las javeras del Negro, que el Mochuelo canta sobre la clásica letra de la caña 'A mí me pueden mandar'. Quizás sea un apodo para los de piel más oscura ya que no eran de raza negra El Negro de Rota, el Negro del Puerto, el boleco Rafael el Negro, la Negra y otros. Si lo era María Martínez documentada para el flamenco por Ortiz Nuevo. El dato del negrito no hace más que llamarnos la atención acerca de cómo en la época dorada del flamenco, con Silverio a la cabeza, los negritos también se marcaban sus cantes.