Los fandangos que se recogen entre 1700 y 1780 son mayoritariamente instrumentales, bailables y en modo menor (que hacia 1800 será ya el modo andaluz). De pronto, hacia 1780, se comienzan a denominar fandangos a los cantables y en modo mayor, interludiados por variaciones de guitarra sobre la música del antiguo fandango. La denominación de indiano se refiere a la versión instrumental, que potenció el nacimiento de soleares y cantiñas. El cantable, el fandango tal y como hoy lo conocemos, en sus variantes onubenses, malagueñas, granadinas, murcianas, y todos sus derivados, siguen el esquema (con contadas excepciones) de I-IV-I-V-I- y cadencia al modal 2-1, por cierto idéntico al del Blues con diferente cadencia (ver flamencópolis fandango).
La cuestión es cuál es el fandango cantable más antiguo. La referencias al fandango de Cádiz para tocar a la guitarra aparece con frecuencia en partituras editadas en ese siglo y hasta bien entrado el XIX (Montoya en 1930 graba unos fandangos totalmente modales sin pasar al cantable en ningún momento). Aquí mostramos dos aparecidas en La Gazeta de Madrid, la primera del 8/12/1780 y la segunda del 21/8/1787.
Una de las más antiguas debe ser la que aparece en la tonadilla a cinco de Luis Misón del año 1768 estrenada en el Teatro del Príncipe con el título 'Lo que pasa en la calle de la Comadre el día de la Minerva' (en el corazón de Lavapiés, ahí vivió Pepe de la Matrona, hoy calle Amparo). En un Allegretto 'Canta uno adentro: Ya no hay quien cante fandango si no lo canta algun maxo ya no hay quien fandango cante si no lo canta un tunante'. En la tonadilla no aparece el fandango, solo la referencia. En mi libro sobre la tonadilla y el flamenco di buena cuenta de los fandangos en este repertorio del XVIII español, tan crucial para entender el flamenco. En contadas ocasiones se refiere al cantado, lo hace María Antonia La Caramba en la tonadilla a solo 'Los murmuradores' (sin fecha, años ochenta) de Pablo Esteve, con la siguiente letra: 'Digan de mi lo que quieran que a mi no me importa nada que por mas que de mi digan siempre he de ser la caramba, ole ole ole, ole ole ala'. No tiene los seis versos melódicos de todo fandango (menos el corto de Santa Eulalia que tiene cinco), no se trata pues del 'fandango moderno' antes mencionado, el primo del blues.
Las referencias al fandango de Cádiz son muy numerosas, repoduzco alguna, casi siempre para tocar a la guitarra o acompañando el baile, pero ahora encontramos 'El fandango de Cádiz puesto en música para cantar al salterio' anuncio de La Gazeta del 5 de septiembre de 1783. Seguiremos tras el rastro del fandango cantable, los inteligentes lectores del blog seguramente me ayudarán a seguir el camino emprendido. Saludos