crónicas flamencas en la prensa de siglos pasados

crónicas flamencas en la prensa de siglos pasados

lunes, 25 de febrero de 2013

La Manduca, 1854. Tientos del Mellizo según Caracol

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Manolo Caracol, de quien se cumplen estos días 40 años que nos dejó, afirmaba que Enrique El Mellizo para crear los tientos hablo con mi Dios y le digo se había basado en La Manduca, una tonada gallega que al parecer solía cantar una criada suya.

Esta canción, hallada en Sevilla por Ortiz Nuevo en 1859 bailada en las calles por un negrito acompañado por dos ciegos, bien podría ser efectivamente un tango. Hoy lo traemos bailado de nuevo por un Negrito (¿será el mismo de Sevilla?) en el Teatro Principal de Córdoba, cinco años antes, en enero de 1854, cuando Enriquillo contaba seis añitos para siete. Algo habrá.


Diario de Córdoba 22/1/1854

También se bailó en aquella ocasión el Jaleo Gitano (dentro de la zarzuela andaluza en un acto La sal de Jesús del gaditano Sánchez del Arco y música de Soriano Fuertes estrenada en 1846), presentándose aquella velada el ya nombrado el Negrito, así, a secas. Digo yo que sería bastante popular para llevar un nombre artístico tan escueto y claro.

viernes, 22 de febrero de 2013

El Polo andaluz y la Norma de Bellini

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Para los aficionados a las comparativas entre ópera y flamenco ahí va una nota al pié del editor obras completas de Bretón de los Herreros acerca de su comedia-zarzuela en un acto 'El novio y el concierto' con música de Basilio Basili y estrenada en el Teatro del Príncipe en 1838.

Obras de D. Manuel Bretón de los Herreros, Volumen 2 Madrid 1850


Basili supo congeniar en lo musical la famosa cavatina de la 'Norma' de Bellini 'Casta Diva', con el polo que canta Lupercio, un andante macareno con piropo a la gitanilla del Perchel malagueño, con presidio de Melilla incluído.


Recuerda al dúo de bolero y caña del Regalo Lírico.

domingo, 17 de febrero de 2013

¡Viva Valencia! por soleá

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A la vista de los carteles de teatro digitalizados por la Universidad de Valencia la capital levantina tuvo una actividad pre-flamenca muy considerable. Los Dardalla, Guerrero, Ruiz y Atané pusieron en escena buena parte del repertorio gitanesco que sin duda gustaba mucho. Por cierto, de valencianos tiene el cante gaditano algunos ilustres apellidos: Sellés (Aurelio), Guanter (Paquirri), Gilabert? (La Perla),...

Hoy traemos las soledades y soleares que se bailaron en su Teatro Principal, aunque en ninguna figura quien las cantó y tocó, sólo quienes las bailaron y en algún caso el 'compositor coreógrafo'.

Soledad por las señoras Martín, Ojeda, Fernández y Andrés
coregrafía de Manuel Guerrero y música de Gaztambide.

1/5/1854

Jaleo y soledad gitana de don Ambrosio Martinez

29/12/1855

Soledad por la Srta. Méndez y demás del cuerpo coreográfico de Manuel Pérez.
Aquí tenemos jaleo, arandito (cantiña) y soledad por separado.

22/5/1858

Jaleo andaluz y soleá, por la Srta. Fernández y toda la sección coreográfica de Manuel Guerrero.
En el 55 jaleo y soledad gitana, en el 59 jaleo andaluz y soleá

9/11/1859

Gran bailable final de la Soledad por la Srta. Sojuela, Sr. Guerrero
y toda la sección del cuerpo coreográfico

30/11/1859
Es la época primitiva de la soleá, del género eminentemente bailable, cuyo cante y toque pusieron los cimientos estéticos del género flamenco. Y la música toda la música tradicional andaluza se comenzó entonces a hacer en clave de soleá, el 'jipío con sentimiento' definido por Gamboa, fundiendo lo dicho por Rafael Marín y Sernita en torno al cante.

lunes, 11 de febrero de 2013

El tocador Huerta, sublime barbero

2 comentarios:
La noticia más antigua que hemos localizado del ilustre Paganini de la guitarra, como se le llamó en Europa, se remonta a 1823. Javier Suárez-Pajares y Robert Coldwell en su A. T. Huerta: Life and Works, sitúan su primer concierto en Londres en noviembre de ese año, sin embargo como se dice en el anuncio que rescatamos aquí el joven guitarrista de Orihuela venía de Londres y Lisboa y se encontraba en Madrid en abril de aquel año. En noviembre regresará a Londres.
Nacido con el siglo el joven Huerta era en 1823 un reconocido guitarrista. Recomendado por el mismísimo Rossini, al parecer cantó junto a Manuel García en el Barbero de Sevilla de Nueva York siendo un chaval. Algúnos artículos de la época comentan que se quedó sin voz tras una pulmonía y dedicó sus arte a la guitarra. Giró por toda América y Europa desde los años veinte, y fue maestro indiscutible de la guitarra romántica. Su figura de tocador que no de profesor, según la prensa, nos inclina a pensar en él como pionero de muchos de los recursos que después supo usar la guitarra flamenca. Con su toque logró ampliar los horizontes expresivos del instrumento, como 'sublime barbero' que fue (según Soriano Fuertes así lo definió su maestro Fernando Sor).


Diario de Madrid 6/4/1823

Ejerció ya entonces como profesor de guitarra ofreciendo clases que fueron anunciadas en el Diario de Madrid del 20 de mayo de 1823



Entre las muchas noticias que se hayan en la prensa histórica sobre Trinitario Huerta extraemos algunas publicadas con motivo de un concierto ofrecido en Madrid a finales de abril de 1835. En la madrileña Revista Española del 27 de abril se comentó lo siguiente




Y Huerta se marcha según supimos. Vuelve a paises extranjeros a buscar medio de existir que no encuentra en el suyo. Sin embargo Huerta es español, y español de gran habilidad. ¡Qué fatalidad es esta!... ¿Tan difícil es dar (como suele decirse) un pedazo de pan a un hombre hábil, que es nuestro compatriota, y que en su género no tiene rivales? ¿No perdimos a la Colbrán, a la Lorenza Correa, al distinguidísimo Manuel García, y a otros muchos que han tenido que pasear su mérito por extrañas tierras, y que han hecho honor en sillas a su olvidadizo país?... ¿Pero qué decimos? ¿Tiene el país la culpa? ¿Por qué se consiente que desaparezcan de nuestro suelo las habilidades que le honran? ¿Por qué? Que esto sucediese entonces... ¿Pero ahora?...

Así ocurrió también con Fernando Sor y Dionisio Aguado. De esto hace 178 años. Hoy sigue sin existir la cátedra de guitarra flamenca en el CSM de Madrid. ¡¡¡Socorro!!!

En el Correo de las damas del 28 de abril de 1835 por su parte apuntó




La misma Revista Española el 1 de mayo de 1835, y citando al Observador Malagueño, toca un tema que casi dos siglos después resulta interesante y en cualquier caso revelador.




El redactor del periódico, en desacuerdo con el malagueño, también da su interesante perspectiva


Revista Española 1 de mayo de 1835

El amigo Eduardo me ha animado con sus comentarios a una entrada de hace un año a preparar esta. Sigamos indagando en la historia de la guitarra flamenca y no desechemos a nadie a priori, y menos a un fenómeno como Trinidad Huertas, como potencial precursor del toque flamenco. Sin desmerecer por supuesto las aportaciones de Francisco Rodríguez 'El Murciano', maestro indiscutible del género precursor del toque flamenco. ¿Por qué un guitarrista como Huerta no puede serlo también? Reconozco que la imagen de la pre-historia oficial del flamenco diseñada por la Flamencología no concuerda con la figura del guitarrista de Orihuela.

El Eco del Comercio 16/6/1836

miércoles, 6 de febrero de 2013

Soleá: tono de Polo, aire de Jaleo, queja de Caña

6 comentarios:
El polo ha sido, desde las postrimerías del siglo XVIII, uno de los estilos que más y mejor han definido lo andaluz, será por que hacía de la dominante del modo menor la verdadera tónica de su tonalidad. El modo armónico propio del toque flamenco es santo y seña del género. Seguiriyas, soleares y tientos siguen esa tonalidad, así como muchos tangos y bulerías. Para muchos lo que se acompaña en modo mayor o menor es menos flamenco. Ellos sabrán. Lo cierto es que el polo andaluz, con este apellido en concreto, aparece anunciado con frecuencia. Podría ser que se refiera en concreto a un modelo de polo bastante cercano a lo que hoy llamaos soleá. Lo canta Paquirri en su actuación de 1847 en Cádiz junto al jaleo de la gariana (otra posible soleá). Hoy traemos la noticia de uno cantado en 1823 por la Sra. Loreto García con motivo de la libertad de la familia real, los tiempos en que Ramón Carnicer tenía mando en plaza.
Diario de Madrid 1/12/1823
Llevo rato pensando que, si la soleá, como todos los estilos musicales, cristalizó hacia 1850 a partir de elementos dispersos en el ambiente gaditobéticomalacitano procedentes de otros estilos, éstos podrían haber sido: el polo, en cuanto a la tonalidad adoptada por la guitarra, la caña, en la intención melódica y formal, y el jaleo como soporte métrico propiciando la tan genuina rítmica soleaera. Y también creo que habría intervenido en la gestación de la criatura la petenera veracruzana. Soleá mestiza, como todo el flamenco. Aquí me tienen ustedes diseccionando estilos musicales. Menos mal que ya pronto voy a escuchar en vivo 'Las verdades del banquero'. Espero comentarios de los inteligentes lectores del Afinador.
El dúo de bolero y caña del álbum Regalo Lírico (hacia 1830). Comienza la caña y se le une el bolero en la segunda vuelta, todo un ejercicio de contrapunto de dos tonadas unidas por la vida bajoandaluza tras la guerra y el Asedio

sábado, 2 de febrero de 2013

Danza flamenca: enemiga de cabriolas (1872)

3 comentarios:
En un comentario acerca del cuadro 'La zambra de gitanos' (la danza de gitanas), publicado en 1872 (subido por el amigo David en su blog Papeles Flamencos) leemos: 'No es la seguidilla manchega ni el fandango, ni las torrás, sino el jaleo o la soleá. Es el baile del gitano pausado, enemigo de las cabriolas, de los saltos y de los desplantes bruscos.
La América 13/3/1872
Marca una diferencia entre lo bolero de entonces, 1872 (cabriolas, saltos y desplantes bruscos), presuntamente afrancesado por Vera, y lo flamenco (pausado y enemigo de aquellos pasos).
En cuanto a los estilos citados. Los boleros de 1872: fandango (probablemente se refiera al bailable (menor) y no al cantable (mayor) que hoy conocemos como tal), torrás (variante de las seguidillas manchegas) y seguidillas. Y los flamencos: El jaleo o la soleá. Parece diferenciar el jaleo de la soleá. Los jaleos, que abundaron entre 1820 y 1870, en sus variantes flamencas pronto empezarían a denominarse bien soleares (jaleo de la solitaria?, modo flamenco, con polos y cañas) o bien cantiñas (jaleo del arandito, modo mayor). Sin embargo se seguirán llamando jaleos mucho más tarde, como tales los anuncia El Pena padre para el baile de La Macarrona por alegrías en 1907.
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