Diario de Madrid 1/12/1823 |
El dúo de bolero y caña del álbum Regalo Lírico (hacia 1830). Comienza la caña y se le une el bolero en la segunda vuelta, todo un ejercicio de contrapunto de dos tonadas unidas por la vida bajoandaluza tras la guerra y el Asedio
Mi muy estimado amigo. He disfrutado del audio que has subido, bastante conocido en los cantares populares andaluces y me suena a petenera veracruzana. Yo no tengo conocimientos musicales como bien sabes, pero sí que tengo un oído de acero inoxidable :). Escuchando ese audio se me viene a la memoria la letra de "La petenera señores, nadie la sabe cantar". Posiblemente sea una tonada muy antigua de las que influyeron en la música de Nuevo Méjico.
ResponderEliminarTotalmente. La cadencia es distinta pero tiene el mismo aroma. Aunque creo que la soleá tiene de petenera ciertas similitudes en la cadena de acordes y el mismo metro (aunque diferente clave rítmica). Pero ya que dices de la melodía estoy de acuerdo, tiene un ramalazo veracruzano que habrá que ver. Esta melodía fue durante las primeras décadas del XIX el porompompero. Ya la utilizó Rossini en Il viaggio a Reims. Caña dulce, caña tierna, caña del cañaveral. No si verás... Ya estoy yo en Cai. Un abrazo monstruo.
ResponderEliminarAmigo Faustino, siempre tan "afinao". Pues yo coincido contigo totalmente con lo del nacimiento de la soleá a partir de cañas, polos, jaleos, peteneras... Al igual que pasó con la seguiriya que también aglutinó, endechas, playeras, seguidillas... todo un crisol de estilos adobaos por los artistas flamencos. Esa grabación que has puesto es muy buena, sí señor, más cercana a lo popular y no tan lírica como otras. Un abrazo desde Murcia, que parece que hoy sale volando, ¡menuda ventolera hace por aquí!
ResponderEliminarGracias Guillermo, si coincidimos es que no estamos diciendo tonterías. En el ADN de cada estilo subyacen múltiples elementos de los más variados contribuyentes, de ahí que en un arte como el flamenco la geografía, generadora de esos elementos, se utiliza como acomodo pero en lo artístico no hay fronteras. La soleá es del mundo entero y quien la sabe cantar, tocar o bailar no necesita haber nacido en ningún lugar concreto, debe saber interpretarla, como hacemos con Schubert. Las escuelas y variantes son tantas y tan variopintas que el universo soleaero es, por así decirlo, infinito. Esta es la grandeza del flamenco. Un abrazo y nos vemos pronto.
ResponderEliminarDesde la absoluta ignorancia musicológica, y con un oído enfrente del otro, como dice mi mujer, no he podido evitar al escuchar este audio que me venga a la cabeza esta pieza que Joaquín Díaz recoge en su disco "Cantos Populares Españoles" como peteneras antiguas: http://www.youtube.com/watch?v=9ZGP2d-R9nU
ResponderEliminarGracias Garrancho por tu comentario. De igual forma piensa Antonio Barberán en el primer comentario a esta entrada. La tonalidad es distinta pero la rítmica vocal incluso el arco melódico, es muy similar. Hay algo en el origen de la soleá que huele a petenera que no veas. Un saludo
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