Sin embargo, cuando hacemos el mismo ejercicio de sana fusión con el joropo venezolano (foto Paco Peña), el bambuco colombiano, los sones mexicanos y cubanos, las cuecas chilenas y los cientos de géneros de la música popular hispana observamos como están mucho más emparentados con lo flamenco que los aires orientales, que si bien casan algo con el cante, en compás y guitarra casi nadita.
Es natural que así sea, pensamos, son nuestros descendientes. Pero a la hora de mezclar preferimos los ascendientes. Entre tanto no somos capaces de asimilar que las Indias también nos enseñaron a componer en flamenco. Nos hemos olvidado.
Sólo cuando nos juntamos con los primos de América vemos el flamenco crecer en campo fértil. El cajón peruano y el tres cubano son testigos. Cuba, México y Argentina han dado hasta estilos al flamenco. Con Oriente nos limitamos al bordón modal y a los tanguitos, en Occidente está la sal.
Menos mirar al mar y más al océano. No sé si me explico.
¡Di que si Faustino! Yo he tocado en espectáculos de fusión indú y flamenca, uno de esos muchos espectáculos que salieron al rebufo de la película titulada "Latcho Drom" del cineasta francés Toni Gatlief, y la verdad, nos la vimos y nos la deseamos para encontrar cosas en común. Ni las escalas, ni los ritmos ni las estrofas, ahí tuvimos que inventarnos unos arreglos, unos malabarismos musicales, que sí, como experimentos artísticos están muy bien, pero el parentesco es lejano, muy lejano en el tiempo y en la distancia. El parentesco es básicamente que somos seres humanos y como tales podemos colaborar y crear belleza con este nuestro arte musical. Por contra, la facilidad y la naturalidad con la que podemos tocar música con los seres humanos del otro lado del Atlántico me dice mucho. La conexión es patente.
ResponderEliminarTocando con los venezolanos, los cubanos, lo colombianos, argentinos y mexicanos, peruanos, chilenos, actividad que ejercí durante ocho años, abrí lo ojos ante lo evidente. El estudio de la historia de la música española desde 1492 arroja muchas evidencias de porqué esto es así. No creo que llegue a verlo pero algún día los europeos comprenderemos cómo de americanos somos, y nos reconciliaremos con nuestros hermanos allende el océano. En RNE hay más especialistas en música brasileña que de cualquier otro país iberoamericano. No es una teoría, es un hecho. Gracias por comentar y un saludo.
EliminarLa cosa atlántica. Viva tú, Faustino.
ResponderEliminarOle tú Carlos, me alegro de verte por aquí. Un abrazo
EliminarAunque no comente, pues entiendo que poco puedo aportar con mi opinión de casi un neófito que soy , sigo tus entradas con muchísimo interés. Gracias Faustino por todo lo que me aportas
ResponderEliminarGracias a ti siempre José Antonio
EliminarMagnífico, como siempre.
ResponderEliminarYa está bien de las teorías 'orientalistas' y del 'hermetismo', tan del gusto de los flamencólogos ortodoxos y que van aceptando a regañadientes estas nuevas y luminosas investigaciones sobre la importancia crucial de la influencia atlántica.
Aun tardará en llegar el día, me temo, en que seamos objetivos con el fenómeno musical de Andalucía. Solo apuntar que fue, desde siempre, modelo para todas las culturas, también del Mediterraneo. El nombre lo dice, el Medio de la Tierra. De ahí el eurocentrismo que no deja a muchos ver más allá de sus narices, pero cuando tengamos más luz para observar con mayor nitidez, los hechos demostrarán lo americanos que somos los europeos (sobre todo los andaluces), a contar desde desde 1493, cuando Colón regresó con aquellos pájaros de colores y unos humanos, los indios, que no aparecían en la Bliblia. Con ellos surgió el barroco. Gracias por comentar Almanaque, y un saludo
EliminarPor cierto, enhorabuena por tu blog, lo incluyo en mi lista. Un abrazo
Eliminaros vais a pasar la vida buscando influencias musicales,que si americana,que si oriental y seguramente habra de todo un poco,es normal,pero lo teneis tan cerca que no lo veis,o no quereis verlo.
ResponderEliminarla raiz del flamenco esta en los gitanos españoles, bajo mi punto de vista, cualquier musica que cante un gitano la hace flamenca, porque lo lleva dentro en su esencia y en su manera de sentir,a muchos les gusta el flamenco pero sin los gitanos y eso es imposible porque las dos cosas son lo mismo y no se pueden desligar.
de todas maneras agradezco la busqueda de las influencias musicales y todo lo demas,pero el flamenco no es solo musica, hay otras cosas que son las que determinan si suena flamenco,o no.
gracias por la pagina y saludos.AGUILA
Gracias por comentar Águila. Nos la pasaremos, tienes razón, es lo que tienen las vocaciones. Por tenerlo tan cerca desde hace 25 años es por lo que llego a estas conclusiones. Es lo que veo, no lo que quiero ver. Muy seguro te veo de las raíces. Un gitano cantando cualquier música la hace a lo flamenco, ¿De dónde sacas esa conclusión? ¿Y cuando la hace Chacón, Vallejo, Marchena o Morente qué es? Además la música es de todos aquellos que la interpretan, sus orígenes pueden ser muy diversos, como en el flamenco, pero el repertorio pertenece a quien lo recrea, sea del origen o condición que sea. Los estilos fueron forjados por españoles en general y andaluces en particular, también, cómo no, los gitanos. Los flamencos eran de mil razas, y lo son. Lo que suena es música, todo lo demás propicia que así sea, pero lo que determina si suena o no flamenco es la música. Gracias otra vez por comentar y un saludo.
EliminarEstos días, con el fallecimiento de Mandela, he escuchado y leído en varias ocasiones algo así como que él quería que su país no fuese racial. Pues bien, eso es lo que yo quiero para el flamenco; quiero un arte libre de ataduras y condicionantes raciales en donde la vara de medir, a parte del gusto de cada cual, sea la jondura, el conocimiento, la expresividad y los recursos técnicos, es decir, la calidad interpretativa. Saludos desde PUente Genil. ÁLVARO DE LA FUENTE
ResponderEliminarDe ilusión también se vive querido Álvaro. Gracias por comentar y un abrazo
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