Diario de Córdoba 9/11/1878 |
... género andaluz, o como vulgarmente se dice flamenco, como son soleares, guajiras, perteneras, malagueñas y seguidillas sevillanas (hoy sevillanas); el repertorio que calaba entre la afición en los cafés de finales de los setenta, y que nos ayuda a tomarle la temperatura al cante de la época.
Esquina de Bataneros con Rey Heredia hoy, frente al convento de Santa Clara, el más antiguo de la ciudad, construido en 1265 sobre una mezquita. |
* Maestro, sin nombre, que pasaba a domicilio, cómo no, bastante arreglado de precio y, por supuesto, puntualidad.
Faustino me gusta que se le de un repaso a Córdoba, yo tengo un poco de remodimiento porque siempre que se habla de flamenco siempre es Cádiz o Sevilla y algo Málaga pero la sultana Córdoba se queda como una hermana solo de padre, esto es parte de mis pensamientos y teniendo tan buenos artistas flamenco, cantaores, bailaores-oras y como no buenos tocaores, aunque también tengo que decir que sus alegrías fueron copiadas de nuestra tierra, o sea de mi Cádiz o cai, un abrazo flamenco
ResponderEliminarCórdoba tiene la afición y repertorio. Las cantiñas llamadas alegrías de Córdoba son, como casi todo lo fundamental de cante, de Cai, pero allí se aclimataron y florecieron en tres cuerpos hemosísimos que lucen como en los patios. Además de los fandangos lucentinos y otros, que viven y colean en el repertorio de todo cantaor que se precie. Un abrazo
EliminarEste hombre era una joya. Encima, ¡puntualidad!, algo inaudito en la Córdoba de entonces y casi en la de hoy. Enhorabuena, Faustino, por este hallazgo.
ResponderEliminarPara que tú veas. Un abrazo Andrés.
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