Hubo un tiempo en que toná era sinónimo de melodía, tonada al fin y al cabo, estuviese o no acompañada de guitarra, y si no lean este fragmento de la zarzuela en un acto 'Un sevillano en La Habana' de Leopoldo Palomino y música de Isidoro Hernández, estrenada con éxito en el teatro del Buen Retiro de Madrid el 2 de julio de 1871. En un diálogo entre los personajes Tomás y Curro se puede leer:
Curro - Muchachos, veni pa cá
y templar esas sonantas,
y a lucir esas gargantas
con un güena toná;
que habita en estos locales,
causándole envidia ar Só,
la reina, lo digo yo,
de las mujeres juncales.
Tomás: ¿Qué cantamos?
Curro: Un jaleo, y a luego una soleá o cuarquiera otra toná.
Tomás: Vaya pues que es su deseo.
Y cantan
La toná es pues en 1871 para muchos cualquier cante, aquí una soleá acompañada de sonanta.
Gracias por los comentarios.
Sigo tu blog con gran interés, amigo Faustino. Nos hacía mucha falta.
ResponderEliminarNo desfallezcas.
Manuel Bohórquez