crónicas flamencas en la prensa de siglos pasados

crónicas flamencas en la prensa de siglos pasados

sábado, 26 de abril de 2014

La espuma de la flamenquería en 1925

7 comentarios:
Manolo de Huelva y Pilar López
A veces dedico más tiempo a comprobar si algún dato ya está publicado, que a buscar la noticia. Sin embargo prefiero dar a conocer hechos comúnmente poco conocidos, enlazar ideas y opinar, mojarme, que son cuatro días y dos está lloviendo. Recordemos esta fiesta de 1925.

En el palacio de Las Dueñas, una de las más suntuosas y características residencias sevillanas, propiedad de los Alba, se celebró una fiesta andaluza con la espuma de la flamenquería*. Ahí tienen los nombres, tres años después del concurso granadino, la bendita época en la que del flamenco se valoraba ante todo la música y el baile, más allá de elucubraciones etnológicas y otras lindezas.

La Época 24/4/1925

Dos sevillanos (cante), tres de Jerez (cante y baile), las guitarras de Huelva y Madrid. Cuatro gitanos y dos payicos. ¡Agua!

Y que esta época se conozca vulgarmente como ópera flamenca, cajón de sastre de todo lo molesto (a pesar de que el primer espectáculo con tal nombre fue en 1927), Edad de Oro la vengo llamando (1909-1936), tras los cafés (1864-1908), la era de los alquimistas** (1826-1864) y la pre-flamenca (1750-1826). Guerra y posguerra, qué sino (1936-1956); La novela (1956-1973) y La dictadura del soniquete (1973-2014).

Esta gacetilla ha sido citada hace unos meses por Ángeles Cruzado en su blog Flamencas por derecho, en una entrada dedicada a Luisa Ramos Antúnez La Pompi, hermana de El Gloria.
** Supieron fundir el cante con la guitarra adoptando el modo flamenco y el compás alterno binario-ternario (soleá) y su anverso ternario-binario (seguiriya). Después vino el tango. Momá seguidilla bolera, y sus hermanos jota y fandango, todo bien jaleado.

viernes, 18 de abril de 2014

Salón de Silverio en Huelva, verano de 1885

5 comentarios:
El estudioso Daniel Pineda Novo cita en su libro Silverio Franconetti, noticias inéditas* un suelto que apareció en el diario sevillano La Andalucía el 24 de mayo de 1885 en el que se anunciaba el deseo de Silverio de abrir un Salón Cantante, en Huelva: 
'El cantaor Silverio Franconetti se halla en Huelva ocupándose de la instalación de un salón cantante, como el de la calle Rosario de esta ciudad, que se abrirá en primeros de junio próximo y continuará todo el verano, y para el cual cuenta ya con una compañía de personal acreditado en el género'

Y vaya si lo abrió. En julio de ese año aparece esta nota extraída de un relato del corresponsal en Huelva del periódico madrileño La Época.

La Época 5/7/1885

El amigo Miguel Ángel F. Borrero, de Flamenco Radio de Canal Sur, me habla del Salón 'La Alegría' de Huelva:

En Huelva hubo un Salón La Alegría, de Silverio Franconetti, allá por los años 80 del siglo XIX, y parece ser que, hace bastantes años, al tirar una casa vieja para edificar sobre ese solar, donde dijo la prensa que estaba el establecimiento de Silverio, se localizó en una pared una pintura, rótulo dibujado o similar, donde figuraba el nombre de La Alegría. Y en Huelva vivió alguna familia de Silverio. Confirmado.

A ese salón La Alegría se refiere Domingo Martín en su libro 'Bares y tabernas de Huelva'. Seguiremos indagando.

No sería extraño, dada la fecha, que aquel verano fuese crucial para el devenir del cante onubense.

* Ediciones Giralda, Sevilla, 2000

viernes, 11 de abril de 2014

Café Silverio, Conservatorio de cante y baile flamenco

3 comentarios:

Es bien sabida la historia de cómo el empresario ruso Pauloski llegó a Madrid en 1893 buscando las mejores flamencas para llevarlas a los teatros de Moscú. Viene citado en varias fuentes. Se refieren a esta noticia publicada en algunos diarios en diciembre de ese año.

La Época 11/12/1893



Y buscando más datos sobre el tal Pauloski me encuentro con otro Pavlovsky, Isaac, que una década antes escribió un libro titulado Notas sobre la España contemporánea (1884-1885) donde los vehementes elogios al teatro español, especialmente el popular (es decir casi todo), y al flamenco, no pueden ser más acertados. Extraigo algunos fragmentos de los comentarios a la novela del ruso publicada por Ernesto Bark en La España moderna (Madrid 5-1891). En ellos se refiere, entre otras cosas de interés, al sevillano Café de Silverio como Conservatorio de cante y baile flamenco, y a la saneada industria teatral española, modelo que debieran imitar otras naciones. ¡Qué tiempos!




Eso es lo que fue el Salón de Silverio, un conservatorio. Buscaremos las atinadas consideraciones acerca de Silverio y su Café.


La España Moderna (Madrid) 5-1891

La fama del flamenco extendida de Moscú a San Francisco hacia 1889. Mientras, aquí seguimos escuchando las mismas mentiras una y otra vez sobre la historia del flamenco, ¿Hasta cuándo el engaño?

sábado, 5 de abril de 2014

La música de los jipíos individuales

2 comentarios:
La persecución del flamenco desde la cuna es la constante más inaudita que se haya visto contra un tesoro de la cultura española. El impertérrito acoso hacia lo flamenco no tiene 'contimparación'. Y a los antiflamencos de siempre se les unen, en pleno franquismo, los talibanes de lo jondo, con sus historias falsas amplificadas por unos medios irresponsables que escriben y hablan de un flamenco que nunca existió. La novela a la que me vengo refiriendo últimamente. Aquí lo proclama alto y claro el maestro Ortiz Nuevo en una reciente charla en el CPM de Sevilla, que podemos escuchar por gentileza de José Luis Navarro.

Antes de nacer ya se quería ocultar, y sino ¿Por qué en 1843, vía París, nos traen sílfides para calmar la terpsícoriana vena nativa? Palabras de Gamboa en el Tremendo asombro del poeta de Archidona.

La noticia de hoy, referida a Madrid, apareció en México en 1886, y describe la protesta de un flamenco al ser ilegalizado y arrojado a la oposisión.

El Monitor Republicano, México DF 22/10/1884

El cante divertimento de presonas mu prinsipale; los despreciados señoritos que gracias a su afición mantuvieron a tantos profesionales. Habrá algunos que crean que un violinista de la corte era un burgués, cuando era, como los flamencos, un obrero.

Los cantaore en latín, guasa que mete a la iglesia en el saco de la ópera italiana.

Ya no hay patriotismo ni na. ¿Aonde vamos a parar si mus quitan los jipíos individuales? ¡Qué expresión más acertada!  Qué es el flamenco sino la música de los jipíos individuales.

Menos mal que la humanidad va siendo poco a poco patrimonio del flamenco, tal y como deseaba el maestro Morente.