
El mismo año aparece la rondeña, no ya a orquesta sino con vihuela barbera (léase guitarra pre-flamenca). Con el fandango y la jota aragonesa. En la comedia original en tres actos y en verso 'A Madrid me vuelvo' de Manuel Bretón de los Herreros, representada por primera vez en el teatro del Príncipe (actual Español) el día 25 de enero de 1828.


En 'El Instructor o repertorio de Historia Bellas Artes y Letras, tomo IV, p. 371. Londres 1837' en un apartado titulado 'Sitios pintorescos de España', Lánjarón, entre Granada y Málaga' se refiere ver bailar al son de la alegre rondeña a las robustas mozas del pueblo mezcladas con malagueñas, gaditanas, granadinas y hasta inglesas.

Ahora es en Francia donde se menciona el couplet de la rondeña como canto de serenata, después de hablar del fandango y la jota y como gobiernan entre los bailes españoles. Aparece en el libro de viajes 'Deux annes en Espagne pendant la guerre civile 1838-1840' del barón Dembowsky, París 1841.
En agosto de 1844 aparece en el Semanario Pintoresco Español un artículo que menciona a un famoso barbero de Madrid que toca rondeñas con muchísima gracia.
A partir de entonces comienzan a abundar las referencias a la rondeña. Hasta el momento ni rastro de Málaga o Ronda, pero paciencia, todo se andará. Sin duda donda caló bien jondo fue en tierras malagueñas y con el polo formó el taco. Para cerrar esta entrada unos reglones de un pequeño artículo titulado 'Costumbres andaluzas' que apareció en el Semanario Pintoresco Español del 26 de junio de 1846. Literalmente se dice que 'Alguna melancólica copla de rondeña entonada por un amante en la reja de la señora de su alma, algun cantar perdido en los pliegues del viento como un susurro o un quejido, el báquico ruido de alguna orgía de taberna, los gritos lejanos de alguna riña, son los únicos sonidos que ya se perciben. I. Giménez Serrano.
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