crónicas flamencas en la prensa de siglos pasados

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martes, 25 de marzo de 2014

Diario del Carnaval 2014

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Tal y como hice un mes atrás publicando los artículos que aparecieron en el Diario del Carnaval (Diario de Cádiz) en el carnaval de 2013, hago lo propio con los artículos del carnaval del presente año 2014. Ahí van

Flamenco y Carnaval

Descubrí la grandeza musical del carnaval a través del flamenco, de los tanguillos de Pericón a Casilda de Paco de Lucía. Y de ahí a Los Titi, de sopetón, ¡zas!. A medida que he ido aprendiendo cómo se las ingenian los autores comprendo mejor cómo de flamenco es el carnaval y cuánto de carnaval hay en el flamenco. El tema tiene miga.

Además del tanguillo los autores componen en cuatro estilos flamencos, tangos, alegrías, bulerías y rumbas. En verdad todos los palos han sido metidos en el repertorio de carnaval pero esos son los preferidos. Aunque teniendo en cuenta que los cuatro tienen en Cádiz su cuna, lo que hacen entonces los autores no es tomar prestado el flamenco sino tocar y cantar su propia música, la que los flamencos supieron adaptar para hacer de una canción un cante.

Las bulerías en Cádiz usan los tres modos del toque (mayor, menor y el flamenco modo de mi), de ahí que vivan coleando en las letras del carnaval como mojarritas en Caleta. Las rumbas, que se obtienen desdoblando el aire del tanguillo, entran y salen cuando quieren, sobre todo en el popurrí. ¿Y las alegrías? La sal de Cai campa por sus respetos también en carnaval. Sin olvidar que siempre hay alguien presto a lanzar sus ayeos al teatro.

Los tangos flamencos ya son otro cantar. Los tanguillos tienen mando en plaza y si una agrupación toca por tangos en vez de por tanguillos suele tener un motivo. O no.


¿Y del carnaval en el flamenco? Es bien conocido, muchos lo han practicado, algunos grandes, y aun los hay. Vargas y Pericón, Chano y nuestra Mariana, de Cádiz, que como bien dijo Javi Osuna es ‘cuna de dos cantes’.

Tanguillo por fiesta

Recuerdo no hace muchos años que un coro cerraba su actuación en el teatro con uno de sus componentes marcándose una pataita. Lo veía por televisión, sin sonido, y creí que bailaba por bulerías. Le di voz y me sorprendió escuchar tanguillos. Los había visto bailar de escuela, preciosos, pero nunca así. El tanguillo por fiesta dije. Sé que en el flamenco por fiesta son las bulerías (y también está el cante por siesta) pero nunca había visto el tango de Cádiz así bailado.

Los desplantes me parecieron flamenquísimos, y me pregunté ¿Cómo es que los flamencos no bailan por tanguillos? En verdad hoy es un estilo desterrado del baile, y más aun del baile de hombre. Aunque el aire del zapateado fuera desde siempre el tanguillo los flamencos ya no lo bailan, solo los guitarristas en sus composiciones.

Los pasos y los típicos desplantes derraman la sal de Cádiz. En verdad tiene todos los ingredientes para con ellos construir una excelente coreografía. Pero ahí se quedó, en baile de academia, en precioso folclore. A lo mejor se debe a la corriente dominante del flamenco que quiere ver la esencia en clave seria, y la gracia del tanguillo no cuadra, cuando el flamenco en verdad desprende tanto alegrías como soledades.

Las chuflas gaditanas, que en la primera década del siglo XX se llamaron bulerías, pudieron tener dos vertientes, una en compás ternario, la bulería, y otra en binario, el tanguillo. Animo desde aquí a los buenos bailaores que tiene Cádiz para que lleven los tanguillos al nivel artístico que sólo ellos pueden lograr. Tienen una gracia exquisita y no podemos dejarlos sólo como reliquia.

Palmas en el Falla

En el Falla el público tiene también su momento de gloria, sobre todo los habitantes del paraíso, con ocurrencias marca de la casa sin las que el concurso no sería el mismo. Aunque para escuchar una notable haya que soportar veinte flojas. Son los ‘animadores de paraíso’.

El ‘Y quien no diga ole’ de María ha dado para mucho, ha pegado también ¡la que estás formando…! Pero el público desde siempre se expresa, cómo no, con las palmas, y ahí también hay modalidades.

Se escuchan dos modelos principales, las clásicas bulerías, y otras sobre la clave del son cubano, palmas éstas de expectación, las toca el público antes de comenzar, impaciente por escuchar. Las bulerías se reservan para el final, de la actuación o de un número, como jaleo sincero a la buena labor de una agrupación. La guasa surge cuando se invierten estos patrones.

Desconozco desde cuando se dan palmas por son cubano en el Falla. Si mal no recuerdo fue allá por el 2005 cuando el teatro comenzó a jalear con esa clave, que si desplaza el tercer tiempo entra de lleno en la rumba guaguancó.

La clave es la llave de un género determinado, la que conduce, el gps de la música. La de son funciona como patrón de diferentes estilos, entre ellos el tango de Cádiz, que también se abre y cierra con esa llave, muchas agrupaciones la utilizan. En ese sentido está más que justificado su uso, no en vano es para compás binario.

Pero no, cuando un grupo merece el aplauso Cádiz le toca por bulerías. Es la flor del jaleo, santo y seña de una cultura milenaria al son ternario, aquí si, del tres por cuatro, el del pasodoble de Los Gallitos.

iCuplé / iPasodoble

La música del carnaval dispone de un centenar largo de motivos melódicos que, organizados de forma más o menos original, sirven para construir un repertorio. Los hay que suenan a la Viña, los hay de inicio y de remate, para el trío, progresiones de coro en todos los tonos, de pito de carnaval para mantener el punto de sal, los hay que suenan a un autor determinado, a veces repertorios enteros. Son motivos, generalmente breves, que oigas donde los oigas huelen a Cádiz.

Si al escuchar un pasodoble nos viene a la cabeza otro es que comparten patrón, el autor lo ha tomado, consciente o no, de otro. Algunos se han afianzado de tal forma que hay grupos, sobre todo en la calle, que vuelcan toda su inspiración en las letras y hacen la música con un puñado de esos motivos.

En verdad todo está inventado. La música, como la energía, ni se crea ni se destruye sino que se transforma. Aunque siempre hay quien modela de tal forma un patrón que lo renueva, lo actualiza. Lo han hecho los grandes. Hoy, entre otros, el Selu, que los reinventa, dotando de herramientas a los que vienen detrás, o Juan Romero ‘Caracol’ que modela su estilo cada año para Guatifó en base a unos patrones que son ya marca de la casa. Por citar dos de mis preferidos.
Con tanta gente que conoce de memoria repertorios enteros no estaría mal, si no lo han hecho ya, que alguien descifrase esos patrones y diseñara aplicaciones para móvil y tableta del tipo hágalo usted mismo. Podría llamarlas iCuplé y otra iPasodoble. En el pop es el pan nuestro de cada día gracias sobre todo a popá Lennon y McCartney.

Gran Jefe Paco por tanguillos

En recuerdo del maestro de maestros, el Gran Jefe de los flamencos, repasamos su obra por tanguillos.

Aunque en 1965 ya graba Tango de las Viejas Ricas junto a Ricardo Modrego, es en 1987 cuando Paco de Lucía registra la obra maestra para guitarra flamenca por tanguillos, concentrado de esencias gaditanas que tituló con el nombre de su hija, y el de su primera mujer, Casilda.

La renovada rítmica de Casilda marcó para siempre el tanguillo flamenco, con el cajón de Rubem Dantas, y muchos guitarristas se basaron en el nuevo aire propuesto por el genio para sus composiciones, compás que Paco ya había testado en 1983 junto a quien fue su gran fuente de inspiración, Camarón, en el Romance de la Luna. En 1991, para el último disco de José Monge, graban Una rosa pa tu pelo, donde un coro por tanguillos llora: Qué pena y dolor recordando a otro grande, Caracol. Por fin en 1993 una versión de Casilda aparece en vivo bajo el título Peroche.

La guitarra flamenca actual se basa en la música de aquel chiquito que se hizo un gigante, nadie puede escapar al influjo de su toque prodigioso. Hoy lloramos a un artista que entregó la vida al flamenco, paseándolo por todo el mundo durante cincuenta años ante millones de personas. La labor como embajador español que ha desempeñado ha valido más que la de cien ministros de exteriores.

Ahora José ya tiene con él a su ídolo, y Enrique. Mariana seguro que está como loca ¿Y Chano? Hoy al despertarme he escuchado al Cojo Peroche con Pericón, Beni y Espeleta cantando emocionados desde el cielo, el estribillo era ¡porque lo-di-ce-Pe-pe-Trolaaa! Que verdad es.

Asín debiera ser

En tiempos de Mozart nadie hubiera dado un duro por una portuguesa tocando su música, dos siglos después Maria Joao Pires es, entiendo yo, quien mejor transmite el espíritu de sus sonatas para piano. Miles Davis no dudó en poner al blanquito Bill Evans a tocar con él, y hoy el jazz vive como pez en el agua en todo el mundo, miren sino a Jorge Pardo, premio europeo de jazz. No imagino que diría Ramón Montoya si escuchase ahora a los japoneses tocando guitarra. El arte es lo que tiene.

Desde los primeros años del carnaval grupos no gaditanos vienen haciendo sus pinitos en la fiesta con mejor o peor suerte. Llama la atención que generalmente traigan repertorios tradicionales, por lo visto en Cádiz se innova y fuera se conserva, y si alguien llega aportando frescura no suele lanzar lejos, se queda en las olas.

Me gusta escuchar agrupaciones de otros lugares tratar con esmero la tradición, pasodobles en tres por cuatro o cuplés de corte clásico, quizá no muy brillantes pero sí perfectamente construidos, formalmente impecables. Algunas logran sonrojar a más de uno con su estilo a lo gaditano.

El arte del carnaval es también de ellos, nada volverá a ser como antes, y en el futuro surgirán grupos recreando los de Alba, Martín o Selu, interpretando su repertorio como música clásica que es, o acabará siendo. Las llamadas Tribute bands suelen ser fieles al original, ahí están los recreadores de Génesis o de Beatles. Ya se ha hecho con otros grandes y algún día se hará con Los Piratas, Araka La Kana, Capricho andaluz, Los Enteraos o Los Fantasmas, y sino al tiempo.