'Mañana sábado se verificará el beneficio del señor Barba, en el que después de varias escenas líricas cantará por única vez el señor Belart, el polo titulado De Muñoz, y la escena española El Majo de Rumbo, que se compone de Caña, Rondeña y Soledad.'
Por lo visto no gustó mucho su interpretación del polo de muñoz y así se dijo en el periódico al día siguiente: 'Noticias Varias: Por despedida el señor Belard nos dio anoche un pego. Los majos de Rumbo que anunció y el polo de Muñoz, no son lo que cantó, ni sabía la letra, ni fueron nada más que la ejecución de aquel refrán de para lo que he de estar en este convento, etc. Parte del público despidió con algunas palmadas al artista, sonando, sin embargo, algunas muestras leves de desagrado. El señor Belard en cuanto las oyó salió de nuevo, pues ya se había despedido, y cruzó el teatro saludando en son de burla a los circunstantes, y en seguida cayó el telón. El público entonces pidió con insistencia que se volviera a presentar, y en cuanto lo verificó le castigó con un prolongado ¡fuera! Como jamás hemos oído darlo en el teatro Principal. Y lo ha merecido el señor Belard. Este artista ha sido siempre aplaudido del público gaditano; y bien merecía este que él manifestase por aquel más celo en complacerle, y ya que tan mal le sirvió, no hacer siquiera alarde de la propia falta, presentándose arrogante a recibir con sorna, las pequeñas muestras de desaprobación. Nosotros que siempre hemos manifestado por el señor Belard vivas simpatías, condenamos enérgicamente su conducta de anoche.'
Al parecer le sentó mal el comentario a Belart y se dirigió a la redacción del periódico para protestar.
'Noticias varias: El señor Belard estuvo ayer en nuestra redacción. Quiso tomar por lo tragi-líri-melo-mimo-dramático lo que de él con harta razón dijimos en nuestro número anterior. Le acompañaba el señor Barba. El público comprenderá si nosotros nos prestaríamos a cantar músicas celestiales. ¡No faltaba otra cosa!'
Haremos más adelante una semblanza más detallada de Belart, Buenaventura Belart, famoso y malogrado tenor que triunfó en los mejores teatros del mundo interpretando diferentes roles de ópera. Por lo visto era un tenor-flamenco por su afición al cante, como queda reflejado en su participación en el 'Majo de rumbo' aquí citado, en el que cantó caña, rondeña y soledad. Es una, aunque no la más antigua, de las primera citas de soleá referida al cante.
Saludos flamencos y no dejen de comentar el blog.
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Gracias Faustino por tus aportes
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